Bolivia, cuarto país con más presencia del PCC fuera de Brasil

Un informe revela que 146 integrantes del PCC operan en Bolivia, con 71 en libertad estableciendo alianzas con redes locales de narcotráfico.
El Deber

Bolivia es el cuarto país con más presencia del PCC fuera de Brasil

146 integrantes del grupo criminal operan en territorio boliviano, según un informe internacional basado en datos oficiales brasileños. La mayoría están en cárceles, pero 71 actúan en libertad, infiltrándose en redes locales de narcotráfico.

«Una expansión silenciosa y estratégica»

El Primer Comando da Capital (PCC) tiene presencia en 28 países, pero Bolivia ocupa el cuarto lugar en su red exterior, solo detrás de Paraguay, Venezuela y Uruguay. «No conozco ninguna organización criminal más eficiente en el control de cárceles», declaró el fiscal brasileño Lincoln Gakiya, citado por GloboNews (G1).

Doble frente: cárceles y calles

De los 146 miembros identificados, 75 están recluidos en prisiones bolivianas, donde replican su modelo de reclutamiento. Los otros 71 operan en libertad, estableciendo alianzas con clanes familiares y redes locales para tráfico de drogas y lavado de dinero, según el informe.

Vulnerabilidad penitenciaria y riesgos regionales

Expertos advierten que el sistema carcelario boliviano es «una vulnerabilidad estructural» para la expansión del PCC, similar a lo ocurrido en Paraguay, con motines y asesinatos. Además, su presencia en libertad podría fortalecer cadenas logísticas transnacionales, especialmente en zonas como el Chapare o Santa Cruz.

Un rompecabezas criminal sin fronteras

El informe coincide con datos de la ONU que señalan la participación de clanes bolivianos en estructuras descentralizadas de narcotráfico. El PCC aprovecha esta fragmentación para integrarse sin llamar la atención, dificultando la acción estatal.

Monitoreo urgente en zonas clave

Los hallazgos refuerzan la necesidad de vigilar cárceles, fronteras y redes financieras, especialmente cerca de Brasil. El caso de un sargento de Interpol suspendido por tramitar documentos falsos para un cabecilla del PCC evidencia los desafíos.