S&P rebaja calificación crediticia de Bolivia a ‘CCC-‘ por riesgos en deuda
La calificadora advierte dificultades de pago a partir de 2026. El ministro de Economía reconoce impacto de la inestabilidad política, pero asegura que el país cumple con sus obligaciones. La rebaja se produce en un contexto de bloqueo legislativo a créditos externos.
«El problema político ha golpeado a la economía»
El ministro Marcelo Montenegro atribuyó la decisión de Standard & Poor’s (S&P) a la «ingobernabilidad política» y las disputas electorales. «La fricción polarizada ha generado este elemento negativo», afirmó durante una rueda de prensa en el Legislativo. La calificadora señaló que estos factores limitarán la capacidad del Gobierno para abordar desequilibrios macroeconómicos, como la brecha cambiaria y la inflación.
Riesgos en el horizonte
S&P destacó que los elevados pagos de deuda comercial desde 2026 y el acceso limitado a mercados de bonos podrían afectar la capacidad de pago. Montenegro descartó un default: «Pagamos de manera puntual y oportuna». Hasta abril de 2025, Bolivia había cubierto el 38% del servicio de deuda programado (585 millones de dólares).
El factor legislativo
El Ministerio de Economía culpó al «bloqueo en la ALP para aprobar créditos externos», lo que generó una salida neta de capitales de 1.337 millones de dólares. Pese a ello, destacó gestiones con organismos multilaterales y operaciones de manejo de deuda en 2022 para «mejorar la composición de la cartera».
Entre pagos y presiones
Bolivia arrastra tensiones políticas desde hace más de dos años, según el ministro, con efectos en la economía. El informe de S&P coincide con advertencias previas sobre la dependencia de financiamiento externo y los desafíos para mantener la sostenibilidad fiscal.
La calificación no es el final del camino
La rebaja a ‘CCC-‘ refleja preocupaciones estructurales, pero el Gobierno insiste en su capacidad de pago. La evolución dependerá de la gestión de la deuda y el escenario político postelectoral.