Gobierno boliviano advierte sobre intentos de sabotaje electoral

El ministro Roberto Ríos alerta sobre nuevos intentos de interferencia en las elecciones del 17 de agosto, vinculándolos con sectores afines a Evo Morales.
El Deber

Gobierno boliviano advierte contra intentos de «secuestrar» el voto en aniversario del 26J

Ministro Ríos asegura que actuarán con «contundencia» para garantizar elecciones pacíficas. En el primer aniversario de la toma militar de la Plaza Murillo, el Ejecutivo denuncia nuevos intentos de sabotaje electoral por parte de sectores afines a Evo Morales.

«No permitiremos que arrebaten la democracia»

El ministro de Gobierno, Roberto Ríos, conmemoró este 26 de junio el primer año de la toma militar liderada por el excomandante Juan José Zúñiga, que intentó «irrumpir la democracia». «Se judicializa a autores intelectuales y materiales», afirmó, vinculando el hecho con las elecciones del 17 de agosto. «El voto no puede ser secuestrado por grupos evistas», sentenció.

La versión oficial frente a la de Zúñiga

Mientras el Gobierno insiste en que fue un intento de golpe, Zúñiga, encarcelado, niega esa versión en una carta difundida por Erbol. Alega que cumplió una «orden» de Luis Arce y critica su criminalización como «trofeo político». En abril, el Ministerio presentó un documental con su relato oficial del 26J.

Elecciones bajo vigilancia

Ríos destacó que, pese a la crisis de 2024, se mantuvo la democracia y ahora se avanza hacia los comicios. Advirtió que actuarán con «firmeza» contra cualquier interferencia, especialmente de sectores vinculados a Morales, a quienes acusa de «atentar contra el proceso».

Un año de tensiones no resueltas

El 26J de 2024 marcó un punto crítico en Bolivia, con tanquetas ocupando el corazón político de La Paz. El Gobierno lo interpretó como un ataque a su mandato constitucional, mientras los involucrados hablan de una operación orquestada. El caso sigue dividiendo aguas en vísperas electorales.

Democracia en la cuerda floja

El mensaje oficial refuerza la narrativa de estabilidad frente a supuestas amenazas, pero el conflicto judicial y político persiste. Las elecciones de agosto serán la prueba de fuego para medir el clima democrático tras este episodio.