Calificadoras rebajan a Bolivia por riesgo de default y crisis económica
Standard & Poor’s bajó la calificación crediticia del país a ‘CCC-‘. Es la tercera agencia en hacerlo en 2025, señalando desequilibrios macroeconómicos y tensiones políticas. El Gobierno insiste en que cumple con los pagos de deuda.
«Un escenario de alta incertidumbre»
Las calificadoras internacionales han rebajado progresivamente la puntuación de Bolivia este año. Standard & Poor’s (S&P) ajustó este miércoles la calificación de largo plazo de ‘CCC+’ a ‘CCC-‘, sumándose a Fitch Ratings y Moody’s, que ya habían emitido alertas similares. Fernando Romero, presidente del Colegio de Economistas de Tarija, advirtió que esto refleja «serios problemas macroeconómicos, con riesgo latente de default y crisis de balanza de pagos».
Los motivos de las rebajas
S&P citó disputas políticas en un año electoral, que limitarían la capacidad del Gobierno para corregir desequilibrios como la brecha cambiaria y la inflación. Fitch ya había asignado en enero una calificación ‘CCC-‘, alertando sobre reservas internacionales críticas y déficits fiscales elevados. En abril, Moody’s rebajó la nota a ‘Ca’, mencionando «gobernabilidad muy débil» y riesgo de incumplimiento soberano.
La postura oficial
El ministro de Economía, Marcelo Montenegro, reconoció que «el problema político ha golpeado al tema económico», pero aseguró que Bolivia paga su deuda externa «de manera puntual y oportuna». El Ejecutivo atribuye las dificultades al contexto global y defiende su gestión fiscal.
Un año de advertencias acumuladas
Desde inicios de 2025, organismos financieros y analistas locales han alertado sobre la insostenibilidad de las finanzas públicas bolivianas. La Federación de Empresarios Privados de Cochabamba (FEPC) destacó en enero que la calificación de Fitch confirmaba un «riesgo creciente» por la combinación de factores económicos y políticos.
El desafío de mantener la estabilidad
Las rebajas crediticias podrían encarecer el financiamiento externo y agravar la presión sobre las reservas. El Gobierno enfrenta el reto de revertir la percepción de riesgo mientras garantiza el pago de deudas y estabiliza la economía en un contexto electoral polarizado.