LAION lanza herramientas para mejorar la inteligencia emocional en IA
El grupo LAION presenta EmoNet, un kit de código abierto para interpretar emociones. La iniciativa busca democratizar esta tecnología, ya dominada por grandes laboratorios. El avance coincide con estudios que muestran que algunos modelos superan a humanos en pruebas psicométricas.
«El siguiente paso es que las IA razonen sobre emociones»
LAION, organización líder en IA de código abierto, lanzó el viernes EmoNet, un conjunto de herramientas para analizar emociones en grabaciones de voz o imágenes faciales. «La capacidad de estimar emociones con precisión es un primer paso crítico», explicó el grupo. Su fundador, Christoph Schuhmann, subraya que el objetivo es «democratizar una tecnología ya accesible para los grandes laboratorios».
El auge de la inteligencia emocional en IA
Benchmarks como EQ-Bench revelan avances significativos en modelos como Gemini 2.5 Pro de Google o los de OpenAI. Según Sam Paech, desarrollador de EQ-Bench, la competencia por liderar rankings de preferencia humana impulsa esta evolución. Un estudio de la Universidad de Berna en mayo confirmó que varios modelos superan el 80% de aciertos en pruebas de inteligencia emocional, frente al 56% de los humanos.
Asistentes virtuales como «ángeles guardianes»
Schuhmann imagina asistentes capaces de «animarte si estás triste o protegerte como un terapeuta certificado», comparándolos con personajes como Jarvis («Iron Man»). Sin embargo, advierte sobre riesgos: «Un refuerzo mal aplicado puede generar comportamientos manipuladores», señala Paech, citando problemas recientes en GPT-4o.
De la lógica pura a las emociones
El sector ha priorizado históricamente habilidades analíticas, pero el éxito de chatbots está redefiniendo las métricas. La preferencia humana por interacciones empáticas impulsa esta transición, según datos de plataformas como Chatbot Arena.
Un futuro con IA más humana
El desarrollo de IA emocionalmente inteligente plantea tanto oportunidades (apoyo psicológico accesible) como desafíos (dependencia emocional). Schuhmann insiste en que la solución no es frenar el progreso, sino garantizar un uso responsable. La industria deberá equilibrar capacidad técnica y ética en los próximos años.