Vought presiona al Senado para recortar 9.400 millones a ayuda exterior y medios públicos
El director de Presupuesto de EE.UU. busca recuperar fondos ya aprobados. La propuesta afecta programas de salud global y emisoras como NPR y PBS. Logró el apoyo clave del senador Graham, pero enfrenta resistencia republicana.
«La batalla por el dinero ya gastado»
Russell Vought, director de la Oficina de Gestión y Presupuesto (OMB), defendió este miércoles ante el Senado la solicitud del presidente Trump para recuperar 9.400 millones de dólares de fondos ya asignados. «La mayoría de los estadounidenses se horrorizarían al saber que sus impuestos financian activismos de izquierda», argumentó.
Los programas afectados
El plan recortaría 8.300 millones en ayuda exterior (incluidos 400 millones al programa contra el sida PEPFAR) y 1.100 millones a NPR y PBS, a las que Vought tachó de «redes radicales de izquierda». La senadora Collins advirtió que eliminar fondos a PEPFAR sería «extremadamente miope».
Graham cambia de postura
El senador republicano Lindsey Graham, inicialmente escéptico, anunció su apoyo tras conocer que PEPFAR financiaba abortos y atención de género. «No sabía que se gastaba un dólar así», admitió. Activistas protestaron durante la audiencia con consignas como «Los recortes de Vought matan».
Un pulso con fecha límite
El Senado debe votar antes del 18 de julio o la propuesta expirará. En 2018, rechazaron un recorte similar de 15.000 millones. Ahora, la tensión aumenta porque la Casa Blanca también retiene fondos sin aprobación del Congreso, desatando más de 100 demandas.
Entre la legalidad y la urgencia
El paquete refleja la estrategia de Trump para reducir el déficit, pero los republicanos cuestionan su alcance. La demócrata Patty Murray criticó que Vought «mantiene todas las opciones sobre la mesa para ignorar la ley». Collins, por su parte, defendió a PBS por su cobertura en zonas rurales.
La cuenta atrás ya empezó
La aprobación dependerá de que Vought convenza a más republicanos escépticos antes de julio. Mientras, el gobierno de Trump sigue congelando fondos por otras vías, aumentando el conflicto con el Congreso por el control del gasto público.