UE elimina norma contra el «greenwashing» y desata crisis política
El Partido Popular Europeo impulsa el retroceso de regulaciones ambientales. La Comisión Europea anunció la eliminación de una ley que exigía pruebas verificables para declaraciones ecológicas de empresas. La medida ha exacerbado tensiones entre bloques políticos en Bruselas.
«La mecha que incendió el polvorín»
El viernes 25 de junio, la Comisión Europea eliminó la Directiva sobre Declaraciones Ecológicas, que obligaba a empresas a sustentar sus afirmaciones ambientales. El Partido Popular Europeo (EPP), principal fuerza en el Parlamento, había pedido su derogación en una carta previa. «Estamos al borde de una crisis institucional», declaró Valérie Hayer del grupo Renew Europe.
La batalla por el Green Deal
El EPP, aliado con sectores empresariales y gobiernos nacionales, ha debilitado sucesivas normas verdes desde 2024: desde leyes de restauración de naturaleza hasta límites a pesticidas. El bloque centrista (socialistas, liberales y verdes) acusa al EPP de controlar tanto el Parlamento como la Comisión, liderada por Ursula von der Leyen, miembro del mismo partido.
De la granja a Bruselas
El giro comenzó con las protestas agrícolas de 2023-2024 contra regulaciones ambientales. El EPP se posicionó como defensor de los agricultores, logrando flexibilizar normas como la de salud del suelo o el estatus de protección de lobos. Tras las elecciones de junio, su alianza con la derecha populista amplificó su influencia.
Omnibus: la tijera regulatoria
En febrero, la Comisión lanzó un paquete de «simplificación» que redujo múltiples normas verdes, desde impuestos al carbono hasta fondos climáticos desviados a defensa. La eliminación de la ley contra el «greenwashing» es el último eslabón de esta estrategia, aunque no afecta el objetivo central de neutralidad climática para 2050.
El clima político cambia más rápido que el atmosférico
El Pacto Verde Europeo, bandera de von der Leyen en 2019, perdió apoyo tras la guerra en Ucrania y el auge de partidos escépticos. El EPP capitalizó este descontento, aunque mantiene formalmente el compromiso con la reducción de emisiones.
¿Y ahora qué?
La eliminación de la norma refleja un cambio en las prioridades de la UE, donde la competitividad económica gana terreno frente a la agenda ambiental. La tensión entre bloques podría intensificarse en futuras votaciones clave, como la ley de deforestación o los objetivos climáticos para 2040.