Pentágono investiga filtración sobre ataques a Irán

El Departamento de Defensa de EE.UU. confirma una evaluación clasificada que minimiza el daño al programa nuclear iraní tras los bombardeos.
POLITICO

Pentágono investiga filtración sobre impacto de ataques a Irán

El Departamento de Defensa de EE.UU. confirma una evaluación clasificada que minimiza el daño al programa nuclear iraní. La investigación, en colaboración con el FBI, busca el origen de la filtración. El secretario Pete Hegseth defendió los bombardeos como un «éxito abrumador» durante la cumbre de la OTAN.

«Evaluaciones internas, no para debate público»

Hegseth confirmó que el informe filtrado de la AGENCIA DE INTELIGENCIA DE DEFENSA (DIA) tenía «baja confiabilidad» en sus conclusiones. «Esta información es para fines internos, evaluaciones de daños en combate», declaró. La filtración ocurrió tras ataques con 14 bombas de 30.000 libras sobre tres instalaciones nucleares iraníes.

Reacciones en la cumbre de la OTAN

El presidente Donald Trump y el secretario de Estado Marco Rubio calificaron las noticias como «falsas». Rubio aseguró que Irán está «mucho más lejos de tener un arma nuclear» tras los bombardeos. Por su parte, Israel, aliado clave en la operación, afirmó que el programa nuclear iraní «se retrasará varios años», según el portavoz militar Effie Defrin.

Un informe que contradice el discurso oficial

El documento filtrado, reportado primero por CNN, indica que los ataques no afectaron significativamente el avance nuclear de Teherán. Hegseth insistió en que los daños fueron «de moderados a severos, probablemente severos», mientras Trump aseguró que Irán «no enriquecerá uranio».

Grietas en la narrativa de seguridad

La filtración ocurre en un contexto de tensiones geopolíticas y elecciones en EE.UU., donde la administración busca proyectar fortaleza frente a Irán. En 2024, la AGENCIA INTERNACIONAL DE ENERGÍA ATÓMICA (AIEA) ya había alertado sobre el acelerado enriquecimiento de uranio en el país persa.

Una investigación que podría escalar

El Pentágono no reveló plazos ni sospechosos, pero la colaboración con el FBI sugiere que se trata de una filtración de alto nivel. El caso podría afectar la credibilidad de las operaciones militares clasificadas y reavivar debates sobre transparencia versus seguridad nacional.