Vehículos eléctricos de lujo fracasan por altos precios y baja demanda
Modelos premium como el Mercedes G580 y Porsche Taycan registran ventas mínimas. La industria enfrenta un giro hacia vehículos asequibles, siguiendo el modelo chino. La transición eléctrica prioriza ahora accesibilidad sobre lujo.
«El mercado premia lo práctico, no el prestigio»
Las ventas del Mercedes G580 eléctrico (162.000 dólares) fueron de solo 1.450 unidades en Europa hasta abril, frente a 9.700 de su versión de combustión. Audi discontinuó el Q8 E-tron y Ferrari retrasó su segundo modelo eléctrico hasta 2028. Porsche redujo su producción del Taycan, cuyo valor se deprecia hasta un 50% en el mercado de usados.
Baterías caras, autonomía limitada
Los vehículos premium requieren baterías grandes para igualar el rendimiento de los de combustión, lo que dispara su precio. El G580 ofrece solo 239 millas de autonomía, frente a las 500 de su versión tradicional. «No hay garantía de que pagar más dé un mejor producto», señala Dale Harrow del Royal College of Art.
China marca el camino: asequibilidad masiva
Mientras las ventas globales de eléctricos crecen un 35% en 2025, el 40% de los modelos chinos cuestan menos de 25.000 dólares. La IEA proyecta que los eléctricos representarán el 40% del mercado para 2030, impulsados por opciones económicas. Europa, en cambio, vio caer su cuota al 13.6% tras eliminar subsidios.
De los cuarteles a los concesionarios
El G-Class, diseñado originalmente para el ejército alemán hace 45 años, se reinventó como símbolo de estatus urbano. Su versión eléctrica mantiene el diseño robusto, pero los compradores prefieren el menor costo y mayor autonomía de los modelos de combustión.
El futuro es simple o no será
La industria debe abandonar la estrategia de «lanzar primero modelos premium» y centrarse en producción masiva, como hizo Ford con el Modelo T. La adopción real dependerá de vehículos sencillos y accesibles, no de funciones exclusivas como giros de 720 grados o simulaciones de sonido V8.