Florida construye centro de detención migratoria en los Everglades
El estado albergará hasta 5.000 personas en un centro remoto operativo en días. El proyecto, aprobado por el Departamento de Seguridad Nacional (DHS), utiliza poderes de emergencia y ha generado críticas por su impacto ambiental y falta de consulta local.
«Alcatraz de los caimanes»: una carrera contra el tiempo
El gobernador Ron DeSantis activó poderes de emergencia para tomar el control de una pista aérea abandonada en los Everglades, a 45 millas de Miami. El fiscal general James Uthmeier promovió el plan en redes, bautizándolo como «Alligator Alcatraz». «Debemos actuar con rapidez para ayudar al gobierno federal», declaró Kevin Guthrie, director de gestión de emergencias.
Financiamiento y críticas
El DHS utilizará fondos de la Agencia Federal de Gestión de Emergencias (FEMA) para reembolsar los 450 millones de dólares anuales que costará el centro. Mientras, autoridades locales de Collier County afirmaron «no tener jurisdicción ni haber sido consultadas». Grupos ambientalistas y la tribu Miccosukee rechazan el proyecto por su impacto en tierras ancestrales.
Un legado controvertido
DeSantis ha impulsado políticas migratorias estrictas, como prohibir ciudades santuario y transportar migrantes a Martha’s Vineyard en 2022. La medida se alinea con el plan de deportaciones masivas del presidente Donald Trump. Sin embargo, legisladores estatales desconocían el proyecto al aprobar el presupuesto la semana pasada.
Entre emergencias y dudas
El centro operará con caravanas temporales y tiendas de campaña, sin construcción permanente. Eve Samples, de Friends of the Everglades, lo calificó de «prisión disfrazada» y cuestionó su legalidad. Miami-Dade rechazó una oferta de compra de 20 millones, pero el estado ya tomó el terreno.
Voces en conflicto
Mientras el DHS elogia la «velocidad récord» del plan, críticos como el congresista Maxwell Frost denuncian condiciones «cercanas a violaciones de derechos humanos». El fiscal general Uthmeier defendió la iniciativa como un apoyo clave a la agenda federal.
Un pantano de controversias
El aeródromo, construido en los años 70 y abandonado por presiones ecologistas, resurge como símbolo de la batalla migratoria. DeSantis extiende así su uso de poderes de emergencia, ahora expropiando terrenos públicos sin consenso local.
Lo que sigue
El centro comenzará a operar en días, pero su futuro dependerá de disputas legales y ambientales. Mientras, Florida asume un rol pionero en la política migratoria de Trump, aunque sin claridad sobre su sostenibilidad a largo plazo.