Campaña electoral boliviana se centra en acusaciones cruzadas
54 días antes de los comicios, candidatos priorizan ataques personales sobre propuestas. Analistas denuncian falta de seriedad en los programas de gobierno. La guerra sucia domina el debate entre las alianzas Unidad, Libre y oficialistas.
«Trapos sucios al sol en lugar de soluciones»
La campaña electoral se ha convertido en un intercambio de acusaciones entre las principales fuerzas políticas. Libre vinculó a Samuel Doria Medina (Unidad) con presunto financiamiento narco, mientras Unidad cuestionó los fondos de Tuto Quiroga (Libre) por su relación con el quebrado Banco Fassil. «Es una falta absoluta de visión de país», señaló el politólogo Franco Gamboa.
Escalada en el parlamento
Diputados candidatos replicaron las acusaciones. Beto Astorga (Libre) afirmó que Doria Medina «siempre tuvo nexos con narcotraficantes», mientras Alejandro Reyes (Unidad) interrogó: «¿De dónde viene la plata para la campaña de Quiroga?». El MAS también participó, insinuando que el exministro Arturo Murillo se sumaría al equipo de Unidad.
Analistas alertan: «Campaña sin rumbo»
Expertos coinciden en que los candidatos no ofrecen soluciones estructurales. Marcelo Arequipa criticó la «desprolijidad en el manejo argumentativo», mientras Carlos Cordero advirtió que el exceso de información emocional podría definir el voto. Roger Cortez añadió: «No hay diferenciación clara entre propuestas».
Un electorado indeciso y sectores que exigen respuestas
Según encuestas, 57.7% de los votantes no ha definido su preferencia. Ante esto, la Cámara Agropecuaria del Oriente y la Sociedad de Ingenieros iniciarán foros con candidatos para exigir propuestas concretas en agroindustria e infraestructura.
El reloj avanza y las ideas brillan por su ausencia
Con la propaganda masiva comenzando el 18 de julio, los comicios del 17 de agosto se perfilan como una contienda marcada por la polarización y la desinformación. Los analistas prevén que, sin un giro hacia el debate programático, el resultado podría depender de factores emocionales más que de proyectos políticos.