Emprendedor boliviano convierte Bs 4.000 en fábrica nacional de pinturas
Rafael Nava fundó Gama Color en 2015 y hoy produce 8.000 litros diarios. De un galpón de 42 m² a una industria con distribución nacional, su historia ejemplifica perseverancia y enfoque en calidad. La empresa genera 27 empleos directos y abastece a ferreterías en todo el país.
«De 11 baldes a 8.000 litros diarios»
Rafael Nava, ingeniero comercial cruceño, inició su proyecto con un préstamo de Bs 4.000 y una máquina artesanal. Junto a su colaborador Rudy Huancaiña, produjo su primer lote: 11 baldes de pintura que vendió en el Plan Tres Mil. «Sus hijas, entonces menores, lo ayudaban en entregas», reflejando el esfuerzo familiar.
Claves del crecimiento
La empresa priorizó calidad artesanal y atención personalizada. Nava ajustaba fórmulas según feedback de clientes, práctica que mantiene hoy. El 60% de los insumos se importan de Brasil, con control riguroso en cada etapa. Durante la pandemia, sostuvo sueldos pese a paralización total.
Impacto económico y social
Gama Color emplea a 27 personas directamente y trabaja con una red de ferreterías y constructores. Su sucursal en La Paz está liderada por Huancaiña, su primer colaborador. La producción pasó de 200 litros diarios en 2015 a 8.000 actualmente.
Raíces de un sueño industrial
Hijo de un electricista y una ama de casa sucrenses, Nava aprendió desde niño valores como el sacrificio y el trabajo riguroso. Tras una quiebra previa, su determinación lo llevó a reinventarse en un mercado dominado por grandes marcas, demostrando que la cercanía al cliente y la adaptabilidad son viables.
Un legado que pinta futuro
La trayectoria de Gama Color ilustra cómo la microempresa puede escalar a industria nacional con innovación y compromiso. Su modelo, basado en relaciones sólidas con proveedores y clientes, sigue siendo referente en un sector altamente competitivo.