Bolivia es el segundo país más corrupto del mundo según informe internacional
El WJP sitúa al país como el peor de la región en transparencia. El gobierno defiende sus avances con 900 causas en trámite, pero expertos denuncian que la corrupción se ha institucionalizado. El reporte contrasta con la retórica anticorrupción del MAS desde 2009.
«Cero tolerancia» que no frenó los escándalos
La ministra Jessica Saravia insiste en que «se ha avanzado en muchos temas», citando las 900 causas del Viceministerio de Transparencia. Sin embargo, el artículo señala que los gobiernos del MAS no cumplieron su promesa de erradicar la corrupción, pese a crear leyes como la 004 (2010) y planes nacionales específicos.
De la norma a la prebenda
El texto destaca casos como la entrega de vehículos robados por el presidente Arce, ejemplificando cómo «las prácticas corruptas hacen metástasis». Critica que el poder concentrado en el Ejecutivo debilita órganos de control como el Ministerio Público o la Contraloría.
Raíces de un problema enquistado
El artículo vincula el fracaso anticorrupción a la falta de autonomía institucional y restricciones a la libertad de prensa. Subraya que el extinto Ministerio de Transparencia «debió transformarse en una Superintendencia autónoma», con capacidad sancionadora. También critica la omisión en educación para cambiar «patrones culturales» que normalizan la corrupción.
Una batalla política pendiente
El análisis recuerda que la lucha anticorrupción fue bandera del MAS desde 2009, con Evo Morales calificando al partido como «reserva moral de la humanidad». Pero concluye que los hechos ilícitos «suman y siguen», exigiendo desmontar estructuras mafiosas y voluntad política real para revertir la crisis.
Sin atajos: transparencia o fracaso
El texto plantea que el éxito futuro depende de reformas estructurales y capital humano íntegro, no solo de discursos. Advierte que sin autonomía institucional y educación en valores, la corrupción seguirá contaminando Estado y empresa privada.