Tensión en el Estrecho de Ormuz amenaza el suministro de combustibles en Bolivia
El conflicto en Medio Oriente podría encarecer las importaciones de crudo para Bolivia. El país compra el 70% de sus combustibles a precios internacionales, vulnerables a crisis geopolíticas. La situación ya genera desabastecimiento en regiones como Potosí.
«Un estrecho que mueve el mundo (y la economía boliviana)»
El Estrecho de Ormuz, un paso marítimo de 50 kilómetros entre Irán y Omán, concentra el 20% del petróleo global. Cualquier interrupción allí dispara los precios del crudo, como ocurrió tras los bombardeos entre Israel e Irán: el Brent subió a 81 dólares, su máximo en seis meses.
Impacto directo en Bolivia
El analista energético Álvaro Ríos advierte: «Si el conflicto escala, Bolivia pagará más por importar combustibles». El país ya enfrenta filas en gasolineras como en Potosí, donde transportistas duermen esperando suministro. La subvención estatal a los combustibles, ya frágil, sufriría mayor presión.
Sin alternativas claras
No existe una ruta alternativa para el petróleo del Golfo Pérsico. Irán ha amenazado antes con cerrar el estrecho, y un bloqueo desencadenaría un shock energético global. Estados Unidos y la UE monitorean la zona, pero la incertidumbre mantiene en vilo a los mercados.
Cuando Medio Oriente estornuda, Bolivia se resfría
Bolivia depende en un 70% de importaciones para cubrir su demanda de diésel, gasolina y GLP. Aunque no compra crudo directamente en Medio Oriente, los precios internacionales determinan su costo. La crisis actual revive los riesgos de 2020, cuando pandemias y conflictos dispararon los precios.
Mirando el surtidor con preocupación
La escalada del conflicto en Ormuz podría agravar el desabastecimiento y aumentar la presión fiscal. Mientras, Bolivia sigue buscando soluciones energéticas internas para reducir su vulnerabilidad ante crisis globales que nacen a miles de kilómetros.