Informe de WJP sitúa a Bolivia como el país más corrupto de Latinoamérica
El estudio coloca al país en el puesto 32 de 32 en la región. Analistas lo califican como «una condena internacional» al gobierno del MAS. La ministra de Justicia rechazó los resultados y destacó avances en causas anticorrupción.
«Justicia convertida en epicentro de la corrupción»
El diplomático Jaime Aparicio afirmó que el sistema judicial boliviano actúa como «brazo tóxico del Estado», con jueces y fiscales sin independencia. Según él, esto ahuyenta inversiones y profundiza la pobreza: «Sin justicia independiente, no hay democracia posible».
Reacciones políticas y cívicas
Carlos Mesa (CC) denunció que los gobiernos del MAS forjaron «un Estado desinstitucionalizado y poco transparente». Stello Cochamanidis, del Comité pro Santa Cruz, añadió: «Lastimosamente estamos gobernados por una mafia organizada».
Gobierno rechaza el informe y defiende su gestión
La ministra Jessica Saravia descalificó el estudio por considerar que «tergiversa políticamente» los avances. Resaltó que el Viceministerio de Transparencia tramita 900 causas de corrupción y obtuvo 50 sentencias en seis meses.
Dos décadas en el ojo del huracán
Los analistas vinculan los resultados con los casi 20 años de gestión del MAS, marcados por denuncias de impunidad para afines y persecución a opositores. El informe refleja una crisis institucional que, según Aparicio, requiere «una verdadera tarea nacional».
Un futuro que depende de la transparencia
El diagnóstico de WJP plantea desafíos urgentes para el próximo gobierno: recuperar la independencia judicial y garantizar seguridad jurídica. Mientras las autoridades insisten en sus avances, la clasificación regional evidencia una brecha entre discurso y percepción internacional.