Militares reciben aplausos en Llallagua al frenar bloqueos violentos
La población apoyó la intervención militar contra protestas vinculadas a Evo Morales. Ocurrió el 18 de junio en esta zona históricamente conflictiva de Potosí, donde antes los militares eran vistos como opresores. Los bloqueos dejaron policías y un adolescente asesinados.
De enemigos a protectores: un giro histórico
Llallagua, epicentro de masacres mineras en el siglo XX, recibió con vítores a los militares que despejaron bloqueos violentos. «Antes se aplaudía su retirada, ahora su llegada», destacan testigos. Los manifestantes, acusados de vínculos con el narcotráfico, habían dinamitado a un policía y asesinado a un joven.
Violencia y contexto político
Los disturbios respondían a la presión de seguidores de Morales por su habilitación electoral. Se hallaron carpas solares usadas para cultivar marihuana, con participación de narcotraficantes colombianos. La acción militar replicó su rol en La Paz (2019), cuando contuvo ataques similares.
Tres siglos de sangre y conflicto
La región acumula masacres desde 1923 (FOCU), 1942 (Catavi) y 1967 (San Juan), donde militares actuaron al servicio de élites o EE.UU.. La revolución de 1952 y la dictadura de Banzer marcaron la percepción de las Fuerzas Armadas como represoras, hasta su repliegue aplaudido en 1982.
Un nuevo capítulo en la relación pueblo-Fuerzas Armadas
El apoyo ciudadano refleja el hartazgo ante la violencia y la asociación de los bloqueadores con crímenes y narcotráfico. El cambio de percepción hacia los militares subraya la compleja evolución del orden público en Bolivia, ahora centrado en proteger a la población de grupos violentos.