La Marina de EE.UU. acelera su colaboración con startups tecnológicas
Justin Fanelli, CTO de la Marina, reduce la burocracia para atraer innovación. El cambio busca agilizar la adopción de tecnologías emergentes como IA y ciberseguridad. La estrategia ya ha logrado éxitos como reducir procesos de años a semanas.
«Queremos ser socios, no solo clientes»
Fanelli explica que la Marina ha simplificado sus procesos: de «gráficos espagueti» a un modelo en tres fases (evaluación, piloto y escalado). «Ahora planteamos problemas, no soluciones predeterminadas», afirma. Un ejemplo reciente: la startup Via desplegó un piloto de ciberseguridad en menos de seis meses.
Resultados tangibles
Entre los logros destacan 5.000 horas de trabajo ahorradas en un portaaviones y una startup que resolvió un atasco de facturas de dos años en semanas. La Marina mide el éxito con cinco métricas: tiempo ahorrado, resiliencia operativa, coste por usuario, adaptabilidad y experiencia de usuario.
Prioridades tecnológicas
Fanelli destaca tres áreas clave: IA avanzada (más allá del uso generativo), alternativas al GPS para sistemas no tripulados y modernización de sistemas obsoletos como el control aéreo. Aunque no revela cifras exactas, confirma que el presupuesto para tecnología comercial crecerá frente a los contratistas tradicionales.
De la burocracia a la agilidad
Históricamente, los ciclos de contratación lentos y la rigidez presupuestaria ahuyentaban a las startups. Fanelli, con experiencia en DARPA y el sector privado, impulsa este cambio desde hace 2,5 años. Un concurso de ciberseguridad recibió 100 propuestas, muchas de empresas sin experiencia previa con el gobierno.
Una Marina más abierta al futuro
El nuevo enfoque busca equilibrar la deuda técnica con la innovación privada. Fanelli invita a las startups a «unirse al viaje», aprovechando el creciente interés de Silicon Valley por colaborar con el gobierno. El reto sigue siendo ajustar los largos ciclos presupuestarios a la velocidad de la tecnología.