Evo Morales pide investigación internacional tras 6 muertes en bloqueos
El expresidente atribuye las protestas a la crisis económica y denuncia criminalización. Los enfrentamientos en Potosí y Cochabamba dejaron cuatro policías y dos civiles fallecidos. Morales exige esclarecer responsabilidades en la intervención estatal.
«El grito de los humildes frente al hambre»
Tras 13 días de bloqueos, Evo Morales defendió las movilizaciones de sus simpatizantes: «Buscan respuestas ante la escasez de alimentos y combustibles». En redes sociales, acusó al gobierno de «abandono» y reclamó «verdad, justicia y paz». Los choques en Llallagua (Potosí) y Cochabamba ocurrieron entre el miércoles y jueves.
La sombra de la impunidad
El líder cocalero exigió una investigación «internacional e independiente» para identificar tanto a los autores materiales de las muertes como a quienes ordenaron la intervención policial-militar. «Quienes dieron la orden no pueden investigarse a sí mismos», argumentó. Previamente, había pedido un diálogo con mediación internacional.
Rechazo local al evismo
Pobladores de Llallagua declararon a Morales «enemigo de la región» tras ataques de sus simpatizantes. En Vinto, lo declararon «persona no grata» y apoyaron el despeje policial de vías. Los bloqueos, iniciados el 2 de junio, incluyeron una emboscada donde murieron tres agentes y un adolescente.
De la protesta al enfrentamiento
Las protestas surgieron por el encarecimiento de la canasta familiar y la falta de carburantes. Morales denunció que se busca «criminalizar» las movilizaciones, aunque días antes las calificó como «imparables». La crisis escaló hasta dejar más de 100 heridos además de los fallecidos.
Un país dividido
El conflicto evidencia la polarización en Bolivia: mientras sectores populares respaldan las demandas, comunidades como Llallagua y Vinto rechazan los métodos de presión. La petición de una investigación externa refleja la desconfianza en las instituciones locales.
¿Paz con justicia?
La solución dependerá de esclarecer las muertes y atender las demandas económicas. Morales mantiene su influencia en movimientos sociales, pero el rechazo en algunas zonas complica su estrategia. El gobierno enfrenta el desafío de reducir tensiones sin ceder a presiones.