Evo Morales acusa al Gobierno de «montaje» por protestas en Llallagua
El expresidente niega responsabilidad en los bloqueos y denuncia manipulación mediática. Morales asegura que los hechos violentos fueron orquestados para criminalizar a sus seguidores. La crisis dejó seis muertos y millonarias pérdidas económicas.
«El Gobierno prefirió la fuerza al diálogo»
Evo Morales, líder de las Seis Federaciones del Trópico de Cochabamba, afirmó este domingo en su programa radial que los incidentes en Llallagua (Potosí) fueron un «montaje». Acusó al Ejecutivo de enviar militares y policías en lugar de negociar: «Algunas autoridades son expertas en sembrar pruebas».
Las víctimas invisibles
Morales mencionó cuatro civiles fallecidos no reconocidos oficialmente y criticó la falta de información sobre heridos por balines en Parotani: «Uno requiere 30.000 bolivianos en tratamientos». También denunció la quema de sedes ayllus y disparos de un supuesto funcionario del SEGIP.
Francotiradores y «venganza»
Al referirse a la muerte del teniente policial Brayan Barrozo, cuestionó: «¿Campesinos con fusiles telescópicos? Es imposible». Insistió en que el operativo buscaba desviar la atención de casos de corrupción gubernamental.
Antecedentes: Un conflicto que escaló
Los bloqueos en Llallagua y la ruta Cochabamba-Oruro, organizados por el Pacto de Unidad aliado a Morales, comenzaron como protestas contra políticas gubernamentales. Según datos oficiales, los enfrentamientos dejaron cuatro policías y dos civiles muertos, además de pérdidas millonarias en la cadena productiva.
Palabras que no cierran heridas
Mientras Morales se declara «enemigo de los bloqueos» pero justifica las movilizaciones, la polarización persiste. La falta de pruebas sobre sus acusaciones y la escalada de violencia dejan en suspenso una solución pacífica.