Trump revoca las normas de vehículos eléctricos de California
El presidente anuló la autoridad del estado para imponer sus estándares de emisiones. La medida, respaldada por fabricantes de automóviles, afecta a 11 estados que seguían las reglas californianas. Ocurre tras años de tensiones entre la industria y las metas progresivas de ventas de vehículos cero emisiones (ZEV).
«California presionó demasiado», según una experta
Mary Nichols, exjefa de la Junta de Recursos del Aire de California (CARB), afirmó que el estado «sobreestimó su poder» al negociar con los fabricantes. Las reglas exigían que el 35% de las ventas fueran ZEV para 2026 y el 100% para 2035. «Los objetivos intermedios ya eran difíciles de cumplir», admitió Nichols.
Reacción de la industria automotriz
La Alianza para la Innovación Automotriz (AAI) argumentó que el problema no era California, sino los 11 estados que adoptaron sus normas sin su infraestructura. Solo California supera el 25% de ventas de ZEV; otros, como Nueva York, están por debajo del 12%.
Un precedente con raíces políticas
La Ley de Aire Limpio de 1970 permitió a California establecer estándares más estrictos que los federales. Trump usó un mecanismo legal inédito, avalado por 35 demócratas en la Cámara, para revocar este privilegio. En 2019, California firmó acuerdos con cinco fabricantes, pero hoy solo Stellantis mantiene su compromiso.
Deserción de aliados
Virginia (gobernada por republicanos) abandonó el pacto, y estados demócratas como Maryland y Vermont retrasaron la implementación. California y 10 estados demandaron para mantener los estándares, pero la presión sobre la industria disminuyó.
Cuando el consenso se agotó
En 2009, bajo el gobierno de Obama, 10 fabricantes y el sindicato UAW acordaron cooperar con CARB. Nichols, quien participó en esas negociaciones, recordó que el rescate federal a General Motors facilitó el acuerdo. Ahora, sin incentivos similares, la industria celebra la decisión de Trump.
Un futuro en disputa
La revocación debilita el liderazgo climático de California y ralentiza la transición a ZEV en EE.UU. El éxito de la demanda estatal determinará si otros estados pueden mantener sus normas. Mientras, los fabricantes evitan multas por incumplimiento, pero enfrentan un mercado fragmentado.