Microempresarios bolivianos cierran negocios y migran por crisis económica
El 90% de las microempresas paralizó operaciones debido a la escasez de dólares, créditos impagables y alza de insumos. Talleres textiles en Santa Cruz venden maquinaria y emigran a Argentina o Chile. Dirigentes exigen al Gobierno un año de gracia para pagos crediticios.
«Podemos perderlo todo»: el éxodo de los costureros
David Choquehuanca, dueño de un taller textil en Santa Cruz, venderá sus máquinas para pagar deudas y emigrar a Argentina. «Desde que el dólar subió, ya no puedo abastecerme ni pagar a mi personal», explica. Según la Confederación Nacional de la Micro y Pequeña Empresa (CONAMYPE), 9 de cada 10 negocios similares han cerrado.
Créditos asfixiantes y políticas ausentes
Juan Carlos Vargas, dirigente de la Federación de la Micro y Pequeña Empresa (FEDEMYPE), denuncia que las reprogramaciones bancarias son «una artimaña» que no alivia la carga financiera. «Muchos empleadores ahora cosechan verduras en Chile o trabajan en Brasil», afirma. La federación presentó en 2024 una propuesta de ley para un año de gracia, aún sin respuesta.
De tallerista a empleada: la historia de Geraldine
Geraldine Flores pasó de tener 12 máquinas y empleados a guardar sus equipos y trabajar en un hospital. «Los rollos de tela que costaban Bs 7 ahora valen Bs 16, pero no podemos subir los precios igual», detalla. Aunque conserva esperanzas de reabrir, admite: «Ahora todo está feo».
Cifras que no mienten
Según la Autoridad de Supervisión del Sistema Financiero (ASFI), el 60% de la mora crediticia (3.3% del total) corresponde a microcréditos y vivienda. La Cámara Nacional de Industria (CNI) revela que el 70% de las microempresas dependen de insumos importados en dólares, mientras que el INE destaca que generan el 25% del PIB.
Un sistema bajo presión
La ASFI atribuye parte de la crisis a los rezagos de la pandemia, conflictos sociales y desastres climáticos. Aunque el sistema financiero tiene coberturas del 130% sobre la mora, la Asociación de Bancos (ASOBAN) señala que US$ 784 millones en créditos diferidos desde 2020 siguen pendientes.
Sin respiro a la vista
La migración de microempresarios y el cierre masivo de talleres reflejan la falta de políticas efectivas para el sector. Mientras el Gobierno no responda a las demandas de alivio crediticio, la informalidad y el éxodo laboral seguirán creciendo, según los actores consultados.