Trump tensiona relaciones con Canadá desde enclave minnesotano
El 79% de los votantes del Ángulo Noroeste apoyó a Trump. Este enclave estadounidense rodeado por Canadá sufre restricciones fronterizas y teme represalias comerciales. Reportaje desde la aislada comunidad pesquera, donde helicópteros canadienses vigilan aguas disputadas.
«Vivir en una postal de Rockwell… con pasaporte»
El Ángulo Noroeste, un territorio de Minnesota separado de EE.UU. por el Lago de los Bosques, solo es accesible cruzando Canadá o en avioneta. Sus 150 residentes permanentes enfrentan controles diarios: escolares recorren 120 millas ida y vuelta con cuatro paradas fronterizas. «No tenemos crimen porque los delincuentes no pueden llegar», dice Karen Colson, residente.
El peso de la historia
El enclave existe por un error topográfico del siglo XVIII. Sin electricidad hasta 1973, su economía depende del turismo pesquero (2,500 veraneantes). Canadá bloquea importaciones como colchones o carnada, y durante la pandemia restringió movimientos: «Nos ahogaron», afirma Paul Colson, dueño de un resort familiar.
Trump, divisor y (para algunos) unificador
El presidente amenaza con anexar Canadá y mantiene aranceles contra su aliado, pese a que un tribunal los anuló. En el Ángulo, banderas trumpistas ondean junto a las estadounidenses. «El 90% lo ve como unificador», dice Mike Rasmussen, pastor local. Pero hay disidencias: maestros retirados como Brian Sage advierten que «nadie gana una guerra comercial».
Riesgo de un nuevo conflicto del lucio
Canadá podría restringir la pesca en sus aguas, reviviendo la «Guerra del Walleye» de 1998. El primer ministro Mark Carney, elegido en abril, prometió resistir: «Trump quiere quebrarnos para poseernos. Jamás ocurrirá». Mientras, guardacostas estadounidenses preparan operativos «por órdenes presidenciales».
Entre techos de paja y iPads fronterizos
La estación aduanera Jim’s Corner usa un iPad para registrar entradas. Los niños duermen en autobuses escolares entre controles. La tecnología erosionó la vida comunal: de tres bares quedó uno, y obras escolares tienen más asientos vacíos que espectadores. «Cada avance nos aísla más», lamenta Colson.
Podría complicarse aún más
La visita de Trump al G7 en Alberta este domingo agravará tensiones. Para el Ángulo, cuyos residentes necesitan permisos canadienses hasta para funerales, el costo de la confrontación es tangible. Nathan Truesdell, dueño del último bar, resume: «Podría ponerse feo. En cualquier momento».