Trump celebra desfile militar en Washington por el 250º aniversario del Ejército
El evento, clasificado como de Seguridad Nacional Especial, moviliza a 18,5 millas de vallas y 175 magnetómetros. Criticado por su costo de 45 millones y coincidir con el cumpleaños del presidente, el desfile polariza a la opinión pública. Es el primero en décadas sin celebrar una victoria bélica.
«Un espectáculo inusual en tiempos de paz»
El desfile, previsto para este sábado, ha generado acusaciones de «autoritarismo incipiente» por parte de críticos como el senador Adam Schiff. Mientras, el Secretario del Ejército, Dan Driscoll, defiende que es una «inversión en reclutamiento» para mostrar «un estilo de vida de excelencia».
Seguridad sin precedentes
El agente especial Matt McCool detalló las medidas: vallas anti-escalada, barreras de hormigón y vigilancia con drones. Aunque no hay amenazas específicas, Trump advirtió que las protestas serán reprimidas con «fuerza contundente».
Comparaciones incómodas
El jefe del Estado Mayor del Ejército, Randy George, rechazó paralelismos con desfiles en Corea del Norte: «La única similitud es que ellos y nosotros tenemos un desfile». Historiadores como David Glassberg subrayan que EE.UU. solo solía celebrarlos tras victorias, como en 1991 tras la Guerra del Golfo.
De festejo patriótico a polémica partidista
Mientras republicanos como Lindsey Graham tacharon en el pasado estos eventos de «signo de debilidad», ahora demócratas acusan a Trump de usar al Ejército como «propaganda política». Un grupo de protesta ha bautizado el evento como «Día de No Reyes», aunque evitará manifestarse en Washington.
Cuando los desfiles marcaban el fin de una guerra
Tras la Segunda Guerra Mundial o la Guerra Civil, los desfiles eran emotivas despedidas para tropas que volvían a la vida civil. El de 1991, bajo George H.W. Bush, conmemoró el triunfo en la Guerra del Golfo. Glassberg recuerda que EE.UU. carece de tradición de desfiles en tiempos de paz, lo que explica la controversia actual.
¿Un acierto político o un error de imagen?
El riesgo para Trump es que el espectáculo —con tanques y soldados desfilando ante su tribuna— recuerde a regímenes autoritarios. Aunque algunos demócratas admiten que celebrar símbolos patrios puede ser efectivo, Glassberg advierte: «Los medios compararán a Trump con Kim Jong Un». El éxito del evento no garantiza rédito político, como demostró la derrota de Bush en 1992 tras su popular desfile.