Bolivia con menor crecimiento económico en 2024 según Banco Mundial

El Banco Mundial sitúa a Bolivia como el país con peor desempeño económico de América Latina en 2024, con récords negativos en inflación, deuda y reservas internacionales.
Información no disponible
Dibujo de un televisor antiguo con el texto 'IMAGEN NO DISPONIBLE'.
Imagen no disponible, disculpe las molestias.

Banco Mundial sitúa a Bolivia con el menor crecimiento económico regional en 2024

El país registró el peor desempeño de América Latina, según datos oficiales. A esto se suman récords negativos en inflación, deuda y calificación crediticia durante el último año. Los indicadores reflejan una crisis multidimensional.

«Una tormenta perfecta de indicadores económicos»

El Banco Mundial confirmó que Bolivia tuvo el crecimiento más bajo de la región en 2024. Además, Fitch Ratings rebajó su calificación al nivel más pobre en 21 años. «Es la peor evaluación entre los países vecinos», destacó el informe. La inflación interanual alcanzó máximos históricos, especialmente en alimentos.

Deuda y reservas en números rojos

La deuda pública llegó a 43.173 millones de dólares (3.816 dólares por habitante). Las reservas de oro cayeron un 48%, y se vendió el 100% del oro refinado. El Índice de Libertad Económica ubicó al país en el puesto 30 de 32 en América.

Escasez y comercio exterior

La balanza comercial y el desabastecimiento de carburantes agravaron la situación. El contrabando confiscado en 2024 incluyó solo 7% de ropa usada y alimentos, según datos oficiales.

De mal en peor: la escalada de una crisis

Bolivia acumuló en 2024 su tercer año consecutivo de desaceleración, con el segundo peor crecimiento desde 2011. Se consolidó como la tercera economía más inflacionaria de Latinoamérica, con precios de alimentos en máximos de 16 años.

Un futuro incierto sobre bases frágiles

Los datos oficiales pintan un escenario complejo, con múltiples frentes abiertos: bajo crecimiento, alta inflación, deuda creciente y reservas agotadas. La combinación de estos factores marca un desafío sin precedentes para la política económica boliviana.