Estaciones rurales de EE.UU. alertan sobre cierre por recortes federales
La Cámara de Representantes vota hoy un recorte de 1.100 millones de dólares a la Corporación para la Difusión Pública (CPB), que financia a NPR y PBS. El 45% de las estaciones rurales dependen de estos fondos para más del 25% de su presupuesto, según datos oficiales.
«Un escenario existencial para la radio pública»
Directores de emisoras advierten que la medida podría dejar sin información y alertas de emergencia a comunidades remotas. «Desaparecería casi la mitad de nuestro presupuesto», afirma David Gordon de KEET (California). En Alaska, un tercio de las estaciones cerrarían «en 3 a 6 meses», según Ed Ulman.
Impacto en servicios críticos
Sin financiamiento, se perdería la infraestructura de transmisión de alertas en zonas sin internet confiable. Tras el huracán Helene (2024), Blue Ridge Public Radio (Carolina del Norte) fue clave para evacuaciones. «Sería catastrófico», dice Sherece Lamke de Pioneer PBS (Minnesota), que pierde el 30% de sus ingresos.
Reacción política y legal
La propuesta forma parte de un paquete impulsado por el expresidente Donald Trump, quien acusa a NPR y PBS de «sesgo anti republicano». PBS y NPR han demandado al gobierno para bloquear el recorte. Algunos legisladores republicanos, como Lisa Murkowski (Alaska), se oponen a los cortes.
Un modelo en jaque
La CPB distribuyó en 2023 fondos federales a 1.500 estaciones, muchas en áreas rurales. El 19% de las afiliadas a NPR dependen en un 30% o más de estos recursos. Aunque algunas emisoras urbanas compensan con donaciones, las rurales no pueden reemplazar los fondos perdidos.
¿Sobrevivirán las emisoras comunitarias?
El recorte, de aprobarse, obligaría a despidos y cancelación de programas. «No es como encontrar un millón de dólares mágicamente», lamenta Lamke. El plazo para votar vence el 18 de julio. Si no se aprueba, los fondos se mantendrán, pero la incertidumbre persiste.