Protestas evistas dejan 31 heridos y bloqueos en cinco departamentos
Los enfrentamientos en Llallagua marcaron el décimo día de movilizaciones. Seguidores de Evo Morales mantienen cortes en Cochabamba, Santa Cruz, Potosí, Oruro y Beni. Autoridades denuncian ataques a policías, personal médico y periodistas.
«Una de las jornadas más violentas de la historia reciente»
El presidente Luis Arce Catacora calificó así los incidentes en Llallagua (Potosí), donde se usaron dinamita, piedras y armas de fuego. El fiscal Gonzalo Aparicio confirmó saqueos a instituciones públicas y 31 heridos, incluidos dos policías. «Los bloqueadores impidieron el paso de ambulancias», señaló la ministra de Salud, María Renée Castro.
Repercusión en el trópico de Cochabamba
El Tribunal Supremo de Justicia evalúa replegar jueces por la escalada de tensión. El presidente del TSJ, Romer Saucedo, exigió al Ejecutivo «garantizar seguridad institucional». En Ichilo (Santa Cruz), periodistas de InfoYapacaní recibieron amenazas de muerte.
El costo de los bloqueos
Los cortes afectan el transporte de mercancías en cinco departamentos, con 23 puntos bloqueados, principalmente en Cochabamba (10). La Cancillería boliviana denunció ante organismos internacionales que estas acciones «vulneran principios democráticos».
El trasfondo político
El Gobierno acusa a los manifestantes de buscar «forzar la candidatura presidencial de Evo Morales». Arce cuestionó: «¿A quién le declara la guerra Morales? ¿A bolivianas y bolivianos?». La Fiscalía identificó a dos cabecillas de los ataques en Llallagua.
Un conflicto que no da tregua
Las protestas, iniciadas hace diez días, han paralizado actividades productivas y generado desabastecimiento en mercados del occidente. La Policía reporta agresiones a funcionarios municipales, destrucción de vehículos oficiales y ataques a medios de comunicación.
La paz pendiente de un hilo
La crisis evidencia la polarización política en Bolivia, con consecuencias directas en la seguridad ciudadana y la economía. Las autoridades insisten en que los actos vandálicos no serán tolerados, mientras los bloqueos persisten.