Musk y Trump libran batalla en redes por influencia y poder
La disputa entre ambos magnates revela el peso de las plataformas digitales en la política actual. El enfrentamiento escaló la semana pasada con acusaciones cruzadas y pérdidas millonarias para Musk. Trump mantuvo su dominio en Truth Social mientras Musk cedió terreno en X.
«Disputa de titanes en la era de los likes»
El conflicto estalló cuando Musk criticó los aranceles de Trump, llamándolos «abominación repugnante», y este replicó con un «¡LOCO!» en mayúsculas. La pelea trascendió lo personal: Musk amenazó con impulsar un impeachment, mientras Trump buscó dañar financieramente al dueño de Tesla.
Actores y plataformas
Ambos son «memes humanos» forjados en redes: Trump construyó su imagen política en Twitter, y Musk convirtió sus tuits en herramienta de influencia. La tensión creció cuando Musk compró Twitter por 44.000 millones para «restaurar la libertad de expresión» y Trump rechazó volver, prefiriendo su propia plataforma, Truth Social.
Repercusión económica
La riña afectó a Musk: su fortuna cayó 34.000 millones y Tesla perdió 153.000 millones en valor de mercado. Trump, en cambio, no retiró ningún comentario y sigue ignorando X, centrado en Truth Social.
De aliados a enemigos en la red
En 2022, Musk reinstaló la cuenta de Trump en Twitter, pero este solo publicó dos veces hasta 2024. La reconciliación fue breve: en julio de 2024, Musk apoyó públicamente a Trump, pero los aranceles del republicano a componentes de autos (incluidos los de Tesla) reavivaron el conflicto.
El poder se decide en pantallas
La pelea refleja cómo las redes definen influencia y autoridad. Trump demostró que prefiere controlar su propio espacio digital, mientras Musk, pese a ser dueño de X, terminó cediendo al compartir un post de Truth Social sin crítica. La batalla confirma que, hoy, quien domina las redes domina el juego.
Trump sigue reinando en su castillo digital
Musk retiró sus publicaciones más agresivas, mientras Trump vende el Tesla regalado y ignora X. El magnate tecnológico admitió su derrota al difundir un insulto de Trump sin replicar. La pelea terminó, pero la lección queda: en la era digital, el poder se ejerce desde las plataformas.