Reservas de oro en Bolivia caen a 22,5 toneladas pese a ley de acumulación
El BCB redujo sus reservas auríferas al mínimo histórico mientras el precio global del metal alcanzó récords. La Ley del Oro, aprobada en 2023 para fortalecer las RIN, habría financiado gasto público y compra de combustibles, según analistas.
«El oro boliviano se vende, pero no se repone»
El Banco Central de Bolivia (BCB) posee actualmente 22,5 toneladas de oro, frente a las más de 40 toneladas previas a la Ley N° 1503. «Se ha monetizado 33 toneladas sin reposición», señaló el economista Fernando Romero. Del total actual, 18,58 toneladas están depositadas en bancos extranjeros y 2,95 en proceso de refinación.
Contexto global vs. realidad local
Mientras bancos centrales como el de China o Europa acumulan oro (+46,7 toneladas en 2025), Bolivia enfrenta una caída del 45% en sus reservas. El precio internacional alcanzó $us 3.454 la onza troy en abril, pero el BCB vendió 4,98 toneladas por $us 456,2 millones este año.
Problemas en la cadena de suministro
Mario Félery, de la Cámara Minera del Oriente (CMO), denunció que solo 15% de las cooperativas auríferas cumplen con licencias ambientales, limitando la oferta legal. Además, existe «contrabando hacia países vecinos por falta de dólares», según datos del IBCE. Las exportaciones legales cayeron de 71 toneladas en 2022 a 1,3 en 2025.
Oro que no brilla para las arcas públicas
Héctor Córdova (Fundación Jubileo) alertó que la explotación aurífera está «fuera de control», con regalías no pagadas y operaciones ilegales. Propuso reformar los impuestos para recuperar «hasta $us 2.000 millones anuales» y descentralizar el control a gobernaciones.
Una ley con pies de barro
La Ley del Oro buscaba aumentar las RIN mediante compras internas a mineras con prácticas sostenibles. Sin embargo, la falta de cumplimiento ambiental y el contrabando han limitado su efectividad. El BCB adquirió 23,57 toneladas desde 2023, pero las reservas netas siguen en declive.
Un futuro dorado… incierto
La caída de reservas expone la dependencia de la venta de oro para cubrir gastos corrientes. Con un precio volátil y una producción irregular, la sostenibilidad del modelo depende de controles más estrictos y transparencia, según los expertos consultados.