EEUU mantiene aranceles a Reino Unido pese a acuerdo comercial anunciado
Los aranceles del 25% sobre acero y automóviles británicos siguen vigentes un mes después del pacto. El gobierno de Trump y el de Starmer anunciaron en mayo un «acuerdo histórico», pero su implementación se retrasa sin fecha clara. Empresas británicas exigen retroactividad en las compensaciones.
«Hasta que no esté hecho, no está hecho»
Un mes después del anuncio, EEUU no ha eliminado los aranceles del 25% sobre exportaciones clave del Reino Unido, como acero y automóviles. Fuentes empresariales anónimas advierten que la medida podría demorarse hasta finales de junio. «No hay pruebas de que no vayan a eliminarse, pero el retraso genera incertidumbre», señaló un representante empresarial.
Presiones y plazos ambiguos
El primer ministro Keir Starmer admitió en el parlamento que la implementación podría tardar «un par de semanas más». Mientras, el secretario de Comercio británico, Jonathan Reynolds, presionó a su homólogo estadounidense para acelerar el proceso. La Casa Blanca condicionó la reducción total a que Reino Unido elimine a China de sus cadenas de suministro y amplíe el acceso a su mercado para la carne bovina de EEUU.
Empresas en crisis
Jaguar Land Rover y Tata Steel denunciaron ante el parlamento británico el impacto «devastador» de los aranceles. La automotriz ya trasladó los costes a los consumidores, mientras que la siderúrgica alertó sobre su exposición financiera. Ambas esperan que las compensaciones sean retroactivas al 8 de mayo, fecha del acuerdo.
Un acuerdo con letra pequeña
El pacto, anunciado como un logro bilateral, incluye cláusulas que permiten a Trump elevar los aranceles al 50% a partir del 9 de julio si Reino Unido incumple sus promesas. El gobierno británico insiste en que el acuerdo evitará ese escenario, pero la oposición conservadora critica la falta de transparencia.
Entre promesas y realidades
La demora en la implementación refleja las complejidades técnicas y políticas del acuerdo. Mientras las empresas británicas soportan los costes, el gobierno de Starmer busca consolidar su imagen internacional. La eficacia del pacto dependerá de que EEUU cumpla su palabra y Reino Unido ajuste sus cadenas de suministro.