Bloqueos evistas en Cochabamba dejan más de 50 heridos y ambulancias atacadas
Los enfrentamientos entre manifestantes y fuerzas de seguridad escalaron en la región más conflictiva. Protestas afines a Evo Morales exigen la renuncia de Arce y habilitar su candidatura. La violencia incluyó ataques a personal médico y vehículos sanitarios.
«Sin Evo, no habrá elecciones»: el grito que enciende Cochabamba
Seguidores del expresidente Morales instalaron 40 puntos de bloqueo en cinco departamentos, concentrando 30 en Cochabamba. «Los cortes impiden el paso de alimentos, combustible y medicamentos», según reportes oficiales. El Ministerio de Salud confirmó 50 heridos, entre policías, trabajadores sanitarios y civiles, por traumatismos y explosiones en las protestas.
El episodio más grave: ambulancias incendiadas
Una ambulancia de la CNS que evacuaba policías heridos fue interceptada, atacada y quemada en Vinto. El personal médico también sufrió agresiones. «Esto no pasa en ninguna parte del mundo», denunció el presidente Arce, quien anunció una denuncia internacional por los ataques. La CNS atendió a 13 pacientes, incluido un médico apuñalado.
Evismo acusa «montaje» y mantiene exigencias
El diputado Renán Cabezas (MAS) responsabilizó al Gobierno de un «montaje», pero reiteró la demanda de renuncia de Arce y la candidatura de Morales. Los bloqueos se extendieron a Oruro, La Paz, Potosí y Santa Cruz, aunque Cochabamba sigue como epicentro, especialmente en zonas rurales como el Trópico.
De la protesta económica al caos político
Las movilizaciones comenzaron hace una semana contra la crisis económica, pero derivaron en exigencias políticas en menos de cinco días. Con 70 días para las elecciones, el evismo insiste en vetar los comicios si Morales no es habilitado, pese a las restricciones constitucionales.
Carreteras en tensión, futuro en incertidumbre
La Policía y el Ejército iniciaron operativos de desbloqueo, como en Parotani, mientras la CNS prepara acciones legales. La ruta Cochabamba-Santa Cruz-Chuquisaca sigue crítica. El conflicto evidencia la polarización que marca la carrera hacia las elecciones, con Cochabamba como campo de batalla.