Startup Nucleus Genomics genera polémica con test genético para embriones
La empresa ofrece seleccionar rasgos físicos y cognitivos en bebés mediante FIV. Criticada por usar métodos no validados científicamente, su anuncio acumula 4 millones de visualizaciones y rechazo en redes. Lanzado el 4 de junio en EE.UU., el producto colabora con clínicas de fertilidad.
«Diseñar bebés a la carta»: la promesa que escandaliza
Nucleus Genomics, fundada en 2021 por Kian Sadeghi, analiza embriones mediante «puntuaciones poligénicas» para predecir desde altura hasta coeficiente intelectual. «Es una herramienta nueva en la historia humana», declaró la startup en un tuit viral. Sin embargo, el Instituto Nacional de Investigación del Genoma Humano (NHGR) advierte que estos tests solo calculan riesgos relativos, no certezas.
¿Qué miden realmente?
Mientras las clínicas de FIV suelen buscar genes específicos (como el BRCA1 para cáncer), Nucleus evalúa atributos complejos como ansiedad o TDAH. No hay consenso médico sobre su aplicación individual, según el NHGR. La empresa defiende su método citando un estudio de 2018 sobre cinco enfermedades comunes, aunque originalmente se refería a cambios en el estilo de vida, no a selección embrionaria.
Reacciones: de la incredulidad al rechazo
El inversor Max Niederhofer expresó en Twitter: «La realidad de esto me da náuseas». Otras críticas señalan que su producto anterior, Nucleus IQ, fue tachado de «mala ciencia». La startup, respaldada por Founders Fund y el exCEO de Allergan, colabora con Genomic Prediction, que niega realizar tests de inteligencia para padres.
De los «bebés probeta» a la polémica genética
La FIV enfrentó escepticismo en sus inicios, como recordó Sadeghi en el lanzamiento: «Lo que fue controvertido ahora es práctica común». Nucleus compara su tecnología con ese proceso, pese a las advertencias de expertos sobre la falta de precisión en atributos poligénicos.
Un debate que recién comienza
La viabilidad científica del producto sigue en discusión, mientras crece la preocupación ética. La startup insiste en que la «optimización genética» es irreversible, pero su implementación dependerá de la aceptación social y regulatoria.