Luis Arce enfrenta presiones para renunciar a su candidatura
El presidente boliviano es instado a abandonar la reelección y culminar su gestión. La demanda surge en un contexto de división política y crisis institucional. Fue planteada públicamente el 24 de marzo de 2025.
«Gobernar sin distracciones electorales»
Los críticos exigen que Arce priorice la estabilidad del país sobre aspiraciones personales. La petición coincide con un «panorama político incierto», según análisis de febrero. El mandatario no ha respondido oficialmente a estas presiones.
Fracturas en el oficialismo
Artículos de abril cuestionan la capacidad opositora del MAS, describiendo una división interna que debilita su posición. Paralelamente, se señala que las elecciones judiciales de julio 2024 generaron descontento ciudadano.
Un Estado en crisis
Desde octubre 2024, columnas describen «el peor momento del Estado Plurinacional», con una democracia calificada como «en estado de coma». La inestabilidad se agravó tras los conflictos de septiembre, denominados «Octubre negro».
Raíces de la polarización
El rechazo a la reelección indefinida (agosto 2024) marcó el inicio de tensiones. En enero 2025, el escenario se redujo a dos figuras: «Tuto» Quiroga y Samuel Doria Medina, marginando a otros actores como Carlos Mesa, cuya influencia decayó visiblemente.
El tiempo apremia
La viabilidad de Arce depende de su capacidad para manejar las demandas internas antes de noviembre. Analistas coinciden en que la unidad del oficialismo será clave para superar esta etapa crítica.