Bloqueadores atacan ambulancia y golpean a pacientes en Cochabamba

Manifestantes agredieron a cuatro heridos y destruyeron una ambulancia durante protestas en Vinto. El Gobierno condenó los hechos como actos de vandalismo.
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Bloqueadores atacan ambulancia y golpean a pacientes en Cochabamba

Manifestantes agredieron a cuatro heridos y destruyeron el vehículo de emergencia. Los hechos ocurrieron en Vinto durante protestas por la candidatura de Evo Morales. El Gobierno calificó los actos como «vandalismo» y aseguró que continuarán los operativos policiales.

«No existe justificación para atacar servicios de salud»

El ministro de Gobierno, Roberto Ríos, condenó «enérgicamente» el ataque ocurrido la noche del viernes cerca del puente Khora. «Una ambulancia fue vandalizada mientras realizaba su labor de salvar vidas», declaró en redes sociales. La ministra de Salud, María Renée Castro, detalló que los manifestantes bajaron a los pacientes a la fuerza y golpearon al personal médico.

Reacción gubernamental

Ríos anunció que las operaciones policiales «continuarán sin descanso» para restablecer el orden. El Ejecutivo responsabilizó a sectores afines a Morales por las protestas, que exigen su inscripción como candidato presidencial y la renuncia del presidente Luis Arce.

Protestas con trasfondo político

Los bloqueos en Cochabamba forman parte de una ola de movilizaciones impulsadas por simpatizantes del MAS, que acusan al TSE de impedir la postulación de Morales. Paralelamente, critican la gestión económica de Arce. Este episodio marca un escalamiento de violencia en las manifestaciones, que ya habían derivado en enfrentamientos previos con fuerzas de seguridad.

Un puente demasiado lejos

El ataque a la ambulancia ocurre en un contexto de creciente polarización política en Bolivia, donde sectores oficialistas y disidentes del MAS se enfrentan por el control del partido. Las protestas persisten pese al vencimiento de los plazos legales para inscripciones electorales.

¿Hasta cuándo la tensión?

La escalada de violencia obligará al Gobierno a reforzar su estrategia de seguridad, mientras los manifestantes mantienen su presión. El impacto en la población civil, especialmente en servicios esenciales como la salud, podría definir el rumbo de las negociaciones políticas.