Análisis de la crisis política en Bolivia en 2025

Columnistas analizan la estabilidad del gobierno de Luis Arce, destacando división social, presión por renuncias y debates sobre reelecciones.
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Artículos de opinión analizan crisis política en Bolivia

Columnistas cuestionan la estabilidad del gobierno de Luis Arce. Los textos publicados entre diciembre de 2024 y junio de 2025 reflejan un escenario de división social, presión por renuncias y debates sobre reelecciones. Se mencionan bloqueos, decretos polémicos y convulsión social.

«El Estado Plurinacional en su peor momento»

Juan Carlos Ferreyra Peñarrieta describe en sus columnas una crisis institucional recurrente, con títulos como «Democracia, en estado de coma» (11/10/2024) o «Octubre negro» (25/09/2024). Otros autores como Gonzalo Chávez Álvarez critican medidas económicas, señalando que la inflación estaría «reprimida» pero no controlada.

Presión sobre Luis Arce

Ferreyra Peñarrieta plantea abiertamente en marzo de 2025 que el presidente «renuncie a su candidatura». En junio, cuestiona si «aguantará hasta noviembre», en referencia a posibles tensiones previas a elecciones. América Salgueiro Casso suma críticas al Decreto Supremo 5271, tachándolo de simbólico.

Fractura opositora

Los análisis destacan divisiones: «¿Así divididos quieren sacar al MAS?» (11/04/2025). En enero, se señala que la oposición se reduce a dos figuras: «Entre ‘Tuto’ y Samuel, el resto no cuenta». Pedro Portugal aborda el «desplome de Evo Morales», mientras Antonio Jordán habla de «indignación popular».

De crisis en crisis

El contexto muestra un acumulado de tensiones desde 2024: protestas («Los bloqueos. La coartada perfecta»), elecciones judiciales cuestionadas (29/07/2024) y rechazo a la reelección indefinida (16/08/2024). La ANF editorializa que la democracia está «sometida a intereses del poder».

Un futuro por definir

Los artículos proyectan incertidumbre, con menciones a una «inminente segunda vuelta» (06/03/2025) y panorama político fracturado. Las críticas transversales—desde economía hasta legitimidad institucional—dibujan un escenario complejo para el gobierno y la oposición.