Crisis económica en Bolivia presiona a Luis Arce

El presidente boliviano enfrenta protestas masivas por escasez de combustibles, dólares y alto costo de vida, mientras sectores sociales exigen su renuncia.
Agencia de Noticias Fides - Bolivia
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Luis Arce enfrenta presión social por crisis económica en Bolivia

El presidente boliviano lucha por mantener su mandato hasta noviembre. La escasez de combustibles, dólares y el alto costo de vida generan protestas masivas. Sectores sociales exigen su renuncia, mientras Evo Morales busca postularse pese a su inhabilitación.

«Un gobierno sin control y una sociedad al límite»

La gestión de Luis Arce pierde autoridad frente a la crisis económica, con protestas diarias por la falta de carburantes, dólares y el encarecimiento de la canasta familiar. «La población ya no aguanta más», señala el texto, mientras crecen los llamados a su renuncia. Choquehuanca y sus ministros están ausentes, dejando al presidente sin apoyo visible.

La economía en caída libre

La devaluación del boliviano y el alza de precios empujan a sectores a la pobreza extrema. «No hay billetera que aguante», destaca el texto. El modelo económico del gobierno ya no da respuestas, según críticas ciudadanas. La esperanza se centra en las elecciones de agosto, pero cualquier postergación o maniobra de Evo Morales podría «reventar el descontento reprimido».

El fantasma de 2003

El artículo advierte que Arce podría seguir el destino de Sánchez de Lozada, quien renunció por presión social. Para evitarlo, sugiere «medidas drásticas, incluso un estado de sitio». Sin acciones urgentes, su mandato estaría en riesgo antes de noviembre.

Antecedentes: Un modelo agotado

Bolivia vive una crisis económica con inflación, escasez de divisas y descontento generalizado. El texto señala que el modelo «comunitario social y productivo» ha colapsado, mientras la ciudadanía exige orden y soluciones. Evo Morales, inhabilitado, insiste en candidatearse, generando más polarización.

El reloj corre para Arce

El presidente debe tomar decisiones impopulares pero urgentes para evitar un colapso institucional. Su capacidad de gobernar depende de recuperar el control económico y social. «Sus días están contados» si no actúa, concluye el análisis.