Primer jochi con cola vivo registrado en Bolivia

Una hembra de jochi con cola, especie vulnerable, fue rescatada en Beni y trasladada para estudios científicos en Santa Cruz. Primer ejemplar vivo registrado en el país.
El Deber

Hallan en Beni el primer jochi con cola vivo registrado en Bolivia

Una hembra de 6 kilos fue rescatada herida en la carretera Yucumo-Rurrenabaque. Tras recibir atención veterinaria en Trinidad, fue trasladada a Santa Cruz para estudios. El ejemplar de esta especie vulnerable permitirá investigaciones inéditas.

«Lloraba como un bebé»: el rescate del roedor único

Los hermanos Chambi Calle encontraron al animal la noche del 13 de mayo. «Pensamos que estaba golpeado por un vehículo», relataron. Siguiendo instrucciones del investigador Marco Greminger (UAB), lo trasladaron en una caja hasta Rurrenabaque. El Servicio Nacional de Sanidad Agropecuaria (SENASAG) lo estabilizó antes de llevarlo a Trinidad.

Una paciente especial

En el Hospital de la UAB, los veterinarios descartaron fracturas pero detectaron pérdida de dientes incisivos. «Le dimos papilla y fruta aplastada», explicó Greminger. La Policía Forestal (POFOMA) custodia al animal, que ahora recibe suplementos de hierro y calcio en Santa Cruz para regenerar su dentadura.

Un fósil viviente bajo observación

El biólogo Huáscar Bustillos confirmó que el Dinomys branickii es el único roedor de su familia en Bolivia. «Mide hasta 80 cm y su rareza lo protege de la caza», detalló. Catalogado como Vulnerable (VU), su hábitat en la Amazonía y subandinos sufre por agricultura e incendios. El collar satelital que llevará al ser liberado generará datos pioneros.

De mito a dato científico

Esta especie nocturna, con manchas blancas y cola prominente, solo se conocía por registros fósiles y avistamientos sin confirmar. Es el primer ejemplar vivo estudiado en el país. Su comportamiento y análisis sanguíneos se publicarán en un artículo científico.

Un viaje de regreso a casa

Tras completar su recuperación, el jochi volverá a Beni. Un protocolo eliminará su «impronta humana» para evitar rechazo en su entorno. El hallazgo refuerza la urgencia de conservar los ecosistemas donde habita esta reliquia evolutiva.