Ucrania lanza ataque masivo con drones contra bases aéreas rusas
Ucrania destruyó hasta 40 bombarderos estratégicos rusos en una operación coordinada. El ataque, denominado «Telaraña», fue una respuesta a los bombardeos previos de Rusia. Ocurrió el domingo 1 de junio, en vísperas de infructuosas negociaciones de paz en Estambul.
«El peor día para la fuerza aérea rusa»
El ejército ucraniano calificó el ataque como «probablemente el peor día en la historia de la fuerza aérea rusa», aunque reconoció que no superó las pérdidas soviéticas en 1941. La operación, planificada durante 18 meses, dañó instalaciones en bases alejadas del frente, incluyendo una cerca de Japón y otra en el Ártico. «Fue una operación absolutamente única», afirmó el presidente Volodímir Zelenski.
Tácticas y consecuencias
Los drones fueron introducidos en Rusia ocultos en casas móviles de madera y lanzados mediante apertura remota. El SBU (Servicio de Seguridad de Ucrania) estima que el ataque causó 7.000 millones de dólares en daños y redujo en un tercio los portadores de misiles estratégicos rusos. Sin embargo, expertos advierten que Rusia sigue teniendo ventaja en producción de misiles, con planes de fabricar 3.000 en 2025.
La guerra del desgaste
Rusia lanzó la semana pasada 472 drones en una sola noche, un récord en este conflicto, buscando agotar las defensas ucranianas. Ucrania depende críticamente de los sistemas Patriot, pero «se necesitan dos interceptores para derribar un misil», y sus reservas son limitadas. La falta de reposición desde EE.UU. complica su capacidad defensiva.
Un conflicto sin fin a la vista
Las negociaciones en Estambul no avanzaron: Ucrania ofreció un alto el fuego condicional, mientras Rusia exigió resolver las «causas raíz del conflicto». El Kremlin mantiene su estrategia de desgaste, mientras Ucrania apuesta a operaciones audaces como «Telaraña» para equilibrar la balanza.
¿Un respiro o una excepción?
Aunque el ataque ucraniano fue un éxito táctico y moral, la superioridad numérica rusa en misiles y drones persiste. Sin un cambio en el apoyo occidental, Ucrania enfrenta desafíos para sostener su defensa a largo plazo. Operaciones como esta podrían repetirse, pero requerirán una planificación igualmente meticulosa.