Grupos de riesgo en Bolivia registran baja vacunación contra la influenza
Solo el 11% de personas con enfermedades crónicas se ha vacunado. El Ministerio de Salud alerta sobre el riesgo de complicaciones graves en este grupo, que representa el 60% de las defunciones por el virus. La campaña nacional busca inmunizar a 1,8 millones de personas prioritarias.
«Las cifras son una llamada de atención»
Según el Registro Nominal de Vacunación Electrónico (RNVe), de 447.928 dosis aplicadas, apenas el 11% corresponde a pacientes con condiciones preexistentes. El viceministro Max Enríquez advirtió: «Cuando sabemos que este grupo es el que fallece, no podemos bajar la guardia». Las autoridades insisten en que la vacuna previene hospitalizaciones y muertes.
Otros grupos prioritarios
La cobertura en embarazadas alcanza el 22%, en adultos mayores el 33.8% y en personal de salud el 49%. En niños, los menores de 2 años solo representan el 13.38% de los vacunados, frente al 33.6% en el rango de 3 a 12 años. El Programa Ampliado de Inmunización (PAI) distribuyó 1.5 millones de vacunas en los nueve Sedes.
Un virus que no perdona
La influenza estacional afecta vías respiratorias y puede ser mortal, especialmente en personas con diabetes, hipertensión o inmunosupresión. El Ministerio reiteró que la vacunación es gratuita y está disponible en todos los centros de salud. Enríquez destacó que, pese a la disminución reciente de casos, los brotes seguirán afectando a los no protegidos.
Falta de conciencia en plena campaña
Bolivia enfrenta temporadas anuales de influenza con coberturas desiguales. La meta de 1.8 millones de vacunados incluye a grupos vulnerables desde 2020, pero la adherencia sigue siendo baja en pacientes crónicos. Santa Cruz, con altas tasas de enfermedades de base, registra cifras particularmente preocupantes.
La prevención sigue en pie
El éxito de la campaña dependerá de que los grupos de riesgo acudan a los vacunatorios antes de que finalice el periodo establecido. Las autoridades insisten en que la inmunización es la única herramienta para reducir complicaciones, especialmente ante la circulación simultánea de otros virus como el sarampión.