Incertidumbre política deteriora la economía boliviana en 2025
La polarización y la crisis institucional paralizan la inversión y agravan la escasez. Bolivia enfrenta una deuda del 80% del PIB, inflación del 9.97% y un dólar paralelo en 19 bolivianos. El conflicto interno en el MAS y la falta de consenso político profundizan la crisis.
«Un veneno silencioso que corroe las instituciones»
La incertidumbre política ha paralizado decisiones clave, según el análisis. «El enfrentamiento entre Arce y Morales fracturó al MAS, empantanó el Legislativo y redujo la agenda pública a disputas de poder». Esto ha deteriorado la confianza ciudadana, con un desplome de la popularidad gubernamental del 42% (2023) a menos del 10% (2024).
Impacto económico inmediato
El tipo de cambio fijo artificial generó un mercado negro, mientras la inflación golpea a los sectores populares. El racionamiento de importaciones por falta de dólares ha provocado escasez de combustibles y alimentos. Las reservas están en mínimos históricos y la deuda supera el 80% del PIB.
Raíces históricas de la crisis
Bolivia arrastra estructuras excluyentes y falta de consenso político desde su independencia. El modelo centralizado del MAS (2005-2025), dependiente de la bonanza gasífera (2006-2014), ocultó debilidades como la falta de diversificación económica. «La caída de los precios del gas dejó al descubierto un Estado sobredimensionado y clientelista».
Un futuro en riesgo
Las elecciones de 2025 se perfilan fragmentadas y sin candidatos con mayorías estables. La degeneración institucional, incluyendo un sistema judicial deslegitimado, aleja inversiones. «La salida requiere una refundación política basada en ética y competencia, no en caudillos». Sin acuerdos, la economía podría hundirse arrastrando la democracia.