Experto prevé que la violencia política en EE.UU. solo cesará tras un «cataclismo catártico»
El neurólogo William Bernstein analiza el aumento de ataques antisemitas y polarización. Tras los recientes ataques en Boulder y Washington, advierte que el sistema político actual incentiva el extremismo. La entrevista fue publicada el 2 de junio de 2025 por POLITICO Magazine.
«La leña está mucho más seca que antes»
Bernstein, autor de The Delusions of Crowds, atribuye la violencia actual a la combinación de pensamiento maniqueo, dinámicas grupales y sesgo de confirmación. «Las comunidades online atraen a personas con tendencia a la división binaria», explica. Subraya que los agravios genuinos (como la crisis económica) se mezclan con identidades políticas exacerbadas por figuras como Donald Trump.
El papel de los medios y la política
El experto critica que el sistema de primarias y la financiación electoral premian el extremismo. «Hace décadas, demócratas y republicanos coincidían en muchas políticas; ahora casi no hay solapamiento». Señala que, sin reformas como primarias abiertas o distritos más equilibrados, «es una petición muy grande esperar que los políticos actúen por el bien común».
De la ira al cansancio
Bernstein recuerda que la violencia política histórica (como los ataques anarquistas o los asesinatos de los 60) terminó por agotamiento social. «La novedad desaparece y la gente se aburre». Sin embargo, alerta de que en EE.UU. podría requerirse un episodio aún más traumático, similar al intento de asesinato de Trump o al ataque al Capitolio del 6 de enero, pero con consecuencias más graves.
Cuando el conflicto era cosa de otros
El texto menciona que, en el pasado, fenómenos como la violencia en Italia o Irlanda del Norte parecían interminables, pero finalmente cesaron. En EE.UU., la polarización actual se alimenta de grievances económicas y explotación de identidades, agravadas por las redes sociales.
¿Bajar la temperatura sin tragedia?
Bernstein mantiene un tono pesimista: sin un punto de inflexión drástico (como un asesinato político masivo), la violencia podría prolongarse. Aunque históricamente estos ciclos terminan, «el sistema actual no está diseñado para suavizar el golpe». Su análisis se centra en EE.UU., pero refleja patrones globales de polarización.