Reino Unido mantiene alianza con EE.UU. pese a postura de Trump

El gobierno británico ignora advertencias sobre reducir la dependencia militar de EE.UU., destinando 1.000 millones de libras a tecnología sin abordar un posible repliegue estadounidense en Europa.
POLITICO

Reino Unido evita replantear su relación de defensa con EE.UU. ante postura de Trump

El gobierno británico ignora advertencias sobre el riesgo de reducir la dependencia militar estadounidense. Un informe estratégico destinará 1.000 millones de libras a tecnología, pero elude abordar el posible repliegue de EE.UU. en Europa. Publicado hoy en Londres, con críticas de expertos.

«Negación peligrosa» ante un cambio histórico

El primer ministro Keir Starmer y el ministro de Defensa, John Healey, insisten en mantener la alianza transatlántica pese a las declaraciones de Donald Trump sobre reducir el papel de EE.UU. en la defensa europea. «Es un punto ciego del gobierno», advierte Nick Witney, exjefe de la Agencia Europea de Defensa. El informe estratégico, liderado por el exsecretario de la OTAN George Robertson, prioriza lecciones de la guerra en Ucrania pero omite planes concretos para reducir la dependencia de inteligencia y armamento estadounidense.

Los puntos críticos

El Reino Unido depende de EE.UU. en disuasión nuclear, aviones F-35 y compartición de inteligencia. Un diputado liberal demócrata pidió revisar esta colaboración tras el escándalo «Signalgate»: «Debemos preguntarnos qué implica confiar en aliados menos fiables». Sin embargo, el embajador británico en Washington, Peter Mandelson, defiende que Trump «nos hace un favor al forzarnos a ser más autónomos… sin romper el vínculo».

Europa, entre el gasto y la descoordinación

Varios países, incluido el Reino Unido, han aumentado su presupuesto militar, pero falta acuerdo sobre prioridades comunes. Fiona Hill, exasesora de Trump, alertó de una «ruptura genuina en la relación con los aliados». La ausencia de foros de coordinación y la exclusión británica de fondos de defensa de la UE complican la respuesta ante una Rusia agresiva y un EE.UU. distante.

Una alianza bajo tensión desde 2020

La relación transatlántica ya mostraba fisuras con el Brexit y la retirada de Afganistán. La guerra en Ucrania aceleró el debate sobre la autonomía europea, pero el regreso de Trump fuerza una reevaluación urgente que el informe británico no asume plenamente.

Un futuro estratégico incierto

El Reino Unido mantiene públicamente su confianza en EE.UU., aunque analistas prevén «un mix desordenado entre reconocer los cambios y aferrarse al orden anterior». La falta de coordinación continental y la ambigüedad de Trump dejan a Londres ante un dilema no resuelto: cómo garantizar su seguridad si Washington reduce su compromiso.