ANH refuerza controles contra contrabando de combustibles en 21 puntos
La medida busca garantizar el suministro ante la escasez nacional de diésel y gasolina. Sectores productivos anuncian paros desde el martes, mientras el transporte opera al 50% de su capacidad. Operativos ya incautaron miles de litros en Santa Cruz y La Paz.
«Combustible para quien lo necesita, no para el mercado ilegal»
La Agencia Nacional de Hidrocarburos (ANH) desplegó operativos las 24 horas en zonas fronterizas y rutas críticas. Daniel Burgos, funcionario de la ANH, destacó que el objetivo es «evitar desvíos o usos indebidos». Participan militares, policías y personal de la Dirección de Sustancias Controladas.
Incautaciones y denuncias ciudadanas
En Warnes (Santa Cruz), se interceptó una cisterna con 24.000 litros y se detuvo a 4 personas. En La Paz, se decomisaron 100 litros de gasolina en bidones. La ANH habilitó la línea 800106006 para reportar actividades sospechosas.
Crisis y promesas incumplidas
El presidente Luis Arce aseguró el lunes pasado que el suministro se normalizaría con siete decretos, pero los sectores productivos denuncian que no se cumplió. Yamil Nacif, de la Cámara Agropecuaria del Oriente (CAO), reveló que el diésel se vende a Bs 18 en zonas rurales, justo cuando inicia la zafra cañera, que requiere 600 millones de litros.
Alternativas de importación
El ministro de Hidrocarburos, Alejandro Gallardo, explicó que un buque con diésel descargará en Mollendo (Perú) tras fallar el intento en Arica (Chile) por mal tiempo. También se habilitó el puerto chileno de Mejillones.
Antecedentes: escasez que paraliza
Bolivia enfrenta desabastecimiento crónico de combustibles desde 2024, agravado por dificultades logísticas en importaciones y el contrabando hacia países vecinos. La campaña agrícola de invierno, con 1,2 millones de hectáreas por sembrar, depende ahora de soluciones urgentes.
¿Solución a la vista?
La eficacia de los controles dependerá de su sostenibilidad y de resolver el cuello de botella en las importaciones. Mientras, la ciudadanía y los productores siguen pagando el costo de una crisis que ya afecta al transporte, la agroindustria y la economía familiar.