Andrónico Rodríguez enfrenta obstáculos en su candidatura presidencial
El presidente del Senado busca consolidar su postulación fuera del MAS. El TSE anunciará los habilitados el 6 de junio. Rodríguez lidia con denuncias, rupturas de alianzas y tensiones internas en su intento por renovar la izquierda boliviana.
«Un camino marcado por procesos, pérdidas y pugnas»
La candidatura de Andrónico Rodríguez enfrenta tres grandes desafíos: procesos judiciales contra aliados, pérdida de alianzas políticas y pugnas internas y externas. Su intento de distanciarse del MAS tradicional lo ha dejado sin el respaldo de Evo Morales y Luis Arce, obligándolo a buscar nuevos apoyos. El MTS, su primera opción, fue cancelado por el TSE, y las negociaciones con la UCS están estancadas.
Rupturas y aislamiento político
Rodríguez rompió públicamente con Morales en 2024, declarando que el MAS debía renovarse sin su liderazgo. Esto le costó el apoyo del núcleo duro cocalero y la acusación de «traidor» por parte de legisladores evistas. Desde el arcismo, se le critica por «trabar leyes», lo que lo ha dejado sin respaldo oficialista.
Búsqueda de una tercera vía
Tras perder el cobijo del MAS, Rodríguez intentó aliarse con el MTS, pero su cancelación lo dejó sin sigla. Ahora negocia con la UCS, aunque las diferencias sobre alianzas con el gobierno de Arce complican el acuerdo. Sectores sociales, como bartolinas y mineros, lo respaldan, pero analistas como Carlos Toranzo cuestionan su capacidad de cambio.
De delfín a candidato en solitario
Considerado el sucesor de Evo Morales, Rodríguez ascendió rápidamente en el MAS, llegando a presidir el Senado a los 31 años. Sin embargo, su apuesta por una renovación sin Morales ni Arce lo ha llevado a una carrera solitaria, dependiente de frágiles alianzas y apoyos sociales.
La cuenta regresiva para el 6 de junio
Con el TSE anunciando pronto los habilitados, Rodríguez debe cerrar una alianza viable y consolidar su narrativa como alternativa. Aunque mantiene diálogos con otras organizaciones, su candidatura sigue en riesgo. Sus simpatizantes esperan «sorpresas», pero el tiempo se agota para formalizar su postulación.