Exfiscal antiterrorista asume como subfiscal en Manhattan

Sean Buckley, exjefe de la unidad antiterrorista, asume como fiscal adjunto en Manhattan para estabilizar la oficina tras la renuncia de fiscales por el caso del alcalde Eric Adams.
POLITICO
Protesta frente a un edificio gubernamental con un cartel en inglés.
Imagen de una protesta en la que varias personas se encuentran frente a un edificio de aspecto oficial. Uno de los manifestantes sostiene un cartel.

Exfiscal antiterrorista asume como subfiscal en Manhattan

Sean Buckley ocupará el segundo puesto en la Fiscalía de EE.UU. en Manhattan. Su experiencia contrasta con la falta de antecedentes penales de su superior. El nombramiento busca estabilizar la oficina tras la polémica renuncia de fiscales por el caso del alcalde Eric Adams.

«Un peso pesado para casos complejos»

Buckley, exjefe de la unidad antiterrorista y narcotráfico internacional, logró condenar a un lugarteniente de Osama bin Laden. Ahora será el fiscal adjunto bajo Jay Clayton, quien carece de experiencia en derecho penal. «Su reputación es clave para recuperar credibilidad», señaló una excolega.

Repercusión tras el caso Adams

La Fiscalía enfrenta tensiones tras la orden del Departamento de Justicia de archivar la causa contra el alcalde demócrata. Tres fiscales renunciaron acusando presiones políticas, sumándose a la exfiscal Sassoon, quien se negó a obedecer la directiva.

Cambio de enfoque en las prioridades

El Departamento de Justicia impulsa ahora casos de corporaciones transnacionales, inmigración y terrorismo. Buckley y Amanda Houle, nueva jefa penal, son expertos en este último ámbito. La oficina busca dejar atrás el escándalo y centrarse en estos frentes.

Una fiscalía en reconstrucción

Manhattan alberga la fiscalía federal más influyente de EE.UU., con jurisdicción sobre Wall Street y casos de corrupción. Sin embargo, la salida de fiscales clave y la llegada de Clayton, sin experiencia penal, habían generado incertidumbre.

Estabilidad con sello antiterrorista

Buckley aporta trayectoria en casos de alto perfil para reforzar el equipo. Su nombramiento marca un giro hacia prioridades del gobierno federal, aunque persisten dudas sobre la autonomía de la oficina tras el episodio Adams.