China lidera la industria automotriz en Auto Shanghai 2025

Los fabricantes chinos superan a Occidente en tecnología y precios bajos, con avances como carga ultrarrápida y modelos asequibles en Auto Shanghai 2025.
WIRED
Vehículo futurista expuesto con hélice en la parte superior y personas observando alrededor.
Un vehículo de diseño futurista con una gran hélice en la parte superior, presentado en un evento con numerosos asistentes alrededor.

China domina la industria automotriz con tecnología y precios bajos en Auto Shanghai 2025

Los fabricantes chinos superan a Occidente en carga rápida y modelos asequibles. El salón mostró 93 estrenos mundiales y avances como 320 km de autonomía en 5 minutos. Marcas como BYD y Huawei lideran la innovación, amenazando a Tesla y las europeas.

«Occidente juega a alcanzar a China»

Auto Shanghai 2025 reunió 1,4 millones de visitantes y 1.400 vehículos, eclipsando eventos como el Salón de Ginebra. «Ya no copian diseños, los superan», refleja el cambio: BYD presentó un rival del Porsche 911 eléctrico, mientras Huawei lanzó un SUV con pantalla de proyección para pasajeros.

Tecnología imbatible

BYD y CATL exhibieron sistemas de carga ultrarrápida (1.000 kW y 1.300 kW), diez veces más potentes que los europeos. El Xpeng M03 Mona ganó premios por eficiencia, y el Chery iCar C23 promete off-road eléctrico por 13.000 dólares.

Invasión global

BYD duplicará sus ventas internacionales en 2025 (800.000 unidades), con éxito en Australia y Europa. En Reino Unido, el Jaecoo 7 ya supera en ventas a Tesla. Modelos como el Deepal E07 desafían al Cybertruck con camioneta transformable.

De copias a líderes

Hace una década, China imitaba diseños occidentales (como el Landwind X7, clon del Range Rover). Hoy, Audi crea una submarca «AUDI» exclusiva para China, mientras exdirectivos de Rolls-Royce y Ferrari trabajan para marcas locales como Hongqi y MG.

La marea cambió

El dominio chino se debe a inversión estatal, talento occidental y enfoque en mercados emergentes. Con modelos desde 20.000 euros y tecnología superior, la industria ya no depende de su mercado interno. Europa y EE.UU. enfrentan una competencia sin precedentes.