Vendedor de somó de El Trompillo lucha tras dos operaciones de corazón
Erwin Vaca, conocido como «el somosero», enfrenta una delicada recuperación. Sus clientes y familia han organizado una colecta para cubrir los gastos médicos. El popular vendedor llevaba más de 20 años preparando la bebida tradicional en Santa Cruz.
«La magia del somó era él»
Erwin Vaca, de 55 años, vendía somó en el mercado El Trompillo con una bicicleta adaptada y su conservadora blanca. Su rutina incluía cocinar el maíz desde las 8:00 y recorrer el barrio hasta agotar su producto. «Nadie más podía tocar la olla», recuerda su hija Karla.
Salud en crisis y deuda médica
Tras sufrir dos pre embolias y dos cirugías cardíacas, la familia acumula una deuda de 30.000 bolivianos. Vecinos y clientes donaron fondos, pero aún necesitan 900 bolivianos para una tomografía pulmonar. Erwin ahora usa silla de ruedas y recibe fisioterapia.
Un legado de sonrisas y yapa
Sus clientes destacan «el sabor único» de su somó y su costumbre de dar «dos cucharadas de yapa». Trabajadores de EL DEBER eran asiduos consumidores. Antes de vender la bebida, Erwin ofrecía desayunos en la misma zona.
Desde la Villa hasta El Trompillo
Oriundo de Villa Primero de Mayo, Erwin consolidó su negocio con esfuerzo diario. La venta de somó le permitió sostener a su familia, incluso en fines de semana y feriados. Su historia refleja la persistencia de los pequeños comerciantes en Santa Cruz.
Esperando el regreso del cucharón
La familia confía en su recuperación para que retome su bicicleta y conservadora. Un código QR sigue habilitado para colaboraciones, mientras sus clientes aguardan volver a escuchar su ofrecimiento: «¿Somó frío, señor?».