Peter Thiel y Eliezer Yudkowsky impulsaron la revolución de la IA
La relación entre el inversor y el teórico de la IA marcó el desarrollo de OpenAI y DeepMind. Un libro revela cómo su colaboración influyó en Sam Altman y en la carrera actual por la inteligencia artificial general. La obra se publicará próximamente.
«De la ficción a la realidad tecnológica»
El periodista Keach Hagey detalla en The Optimist cómo Peter Thiel financió las ideas de Eliezer Yudkowsky, un autodidacta obsesionado con la «singularidad» tecnológica. Sus debates inspiraron a fundadores de DeepMind y, posteriormente, a Altman para crear OpenAI. «Sin ellos, el panorama actual de la IA sería distinto», señala el texto.
El papel clave de Yudkowsky
Yudkowsky, pionero en teorizar sobre riesgos existenciales de la IA, conectó a Thiel con los creadores de DeepMind en 2010. Su instituto, financiado por Thiel, «cambió de promover la IA a intentar controlarla». Más tarde, sus ideas influyeron en ingenieros de OpenAI a través de su blog LessWrong.
Thiel, el puente hacia Altman
Thiel invirtió 2.25 millones de dólares en DeepMind y compartió sus avances con Sam Altman. Este último, tras internalizar sus ideas, cofundó OpenAI en 2015 como contrapeso a Google. «Era una carrera por evitar que una IA descontrolada dominara el futuro», recoge el libro.
Semillas de una paradoja
El texto subraya que Thiel y Yudkowsky representan posturas opuestas: optimismo tecnológico versus advertencias apocalípticas. Pese a ello, «ambos alimentaron sin querer la cultura que llevó a la destitución temporal de Altman en 2023», según declaraciones de Thiel en el libro.
Cuando la ficción supera a la ciencia
El concepto de «singularidad» surgió en los años 50 con John von Neumann y fue popularizado por el escritor Vernor Vinge. Yudkowsky lo adoptó en los 90 desde círculos transhumanistas, donde se mezclaban futuristas, libertarios y pioneros de Bitcoin. Su evolución refleja cómo ideas marginales llegaron a Silicon Valley.
Un futuro escrito por algoritmos
El libro concluye que la colaboración entre estos actores definió la actual carrera por la IA, con actores como Google, OpenAI y gobiernos compitiendo por controlar su desarrollo. Las tensiones entre innovación y regulación siguen abiertas, según los hechos narrados.