Trump celebra cena privada con inversores de su criptomoneda TRUMP
El presidente estadounidense reunió a 200 grandes tenedores de su memecoin en un club de golf. El evento, criticado por posibles conflictos de interés, incluyó discursos, regalos temáticos y protestas externas. Ocurrió el 23 de mayo en Washington DC.
«Una cena con sabor a polémica»
Donald Trump bailó al ritmo de *Y.M.C.A* antes de dirigirse a los asistentes, seleccionados por poseer grandes cantidades de TRUMP. «Esto puede ser algo especial», declaró sobre la criptomoneda, cuyo valor circulante actual ronda los 3.000 millones de dólares, lejos de los 14.000 millones iniciales. La cena revivió críticas por «vender acceso a la Casa Blanca», según el senador Richard Blumenthal.
Los protagonistas
Entre los invitados destacó el magnate Justin Sun, mayor tenedor de TRUMP y socio en proyectos crypto de la familia Trump. Otros asistentes, como el trader Vincent Liu, buscaban «escuchar directamente al presidente sobre regulación crypto». Algunos, como el influencer Nicholas Pinto, admitieron comprar los tokens solo para acceder al evento.
Detalles del encuentro
El menú incluyó halibut y filet mignon, aunque varios invitados criticaron la calidad. Los 25 mayores inversores recibieron relojes de oro con incrustaciones, mientras que el resto obtuvo merchandising temático. Trump abandonó el lugar en helicóptero tras 25 minutos de discurso, dejando a algunos descontentos por la brevedad del encuentro.
Antecedentes: De memecoin a herramienta política
Trump lanzó TRUMP en enero de 2025, días antes de su investidura. El 80% de las monedas las controlan empresas vinculadas a su familia y aliados. El evento se anunció en abril como recompensa para los «holders» más leales, generando preocupación por posibles favores políticos encubiertos. Bajo el gobierno de Biden, reguladores acusaron a Sun de manipulación de mercado, pero el caso quedó en pausa tras la llegada de Trump.
Balance: Crypto, acceso y protestas
El evento consolidó a TRUMP como un activo con implicaciones políticas, mientras manifestantes fuera del club gritaban «vergüenza». Para los asistentes, fue una oportunidad única de networking y contacto con el poder. Para los críticos, una muestra de cómo las criptomonedas pueden erosionar los límites entre finanzas y política.