Gobierno reconoce que filas por combustible persistirán pese a esfuerzos
Bolivia necesita 240 millones de dólares mensuales para mantener la subvención de hidrocarburos. Autoridades admiten que el desabastecimiento no se resolverá inmediatamente, aunque garantizan el despacho al 100% de lo programado. La crisis se arrastra desde 2023 y genera protestas ciudadanas.
«Las filas no desaparecerán de un día para otro»
El ministro de Minería, Alejandro Santos, afirmó que el presidente Luis Arce «hace todo lo posible» para abastecer el mercado, pero advirtió: «No estoy indicando que mañana o pasado van a desaparecer las filas». Reconoció que se requieren 60 millones de dólares semanales para cubrir la demanda de combustibles subvencionados.
YPFB confirma despacho completo pero con retrasos
El presidente de YPFB, Armin Dorgathen, aseguró que la empresa estatal «está despachando al 100%» según su programación, pero admitió que la normalización será gradual. «Las filas van a tomar un tiempo para regularizarse», señaló. Además, mencionó dificultades en la compra de etanol por negociaciones con cañeros.
Un problema que viene de lejos
La escasez de combustible es recurrente desde fines de 2023 y se intensificó en 2024, con filas que duran días y protestas ciudadanas. La crisis está ligada a la falta de dólares y los altos costos de la subvención estatal, que alcanza los 240 millones de dólares mensuales.
Paciencia y coordinación, las claves
Las autoridades piden comprensión mientras trabajan en soluciones estructurales. Dorgathen solicitó a los cisterneros colaborar en el transporte, mientras Santos destacó la experiencia de Arce para manejar la situación. La ciudadanía, sin embargo, sigue exigiendo respuestas inmediatas ante el impacto en su vida diaria.