Funeral privado en Kansas honra a empleada de la Embajada de Israel asesinada
Sarah Milgrim, víctima de un ataque en Washington, fue recordada por su compromiso con la paz. La joven diplomática de 26 años murió junto a su compañero Yaron Lischinsky en un tiroteo con motivación política. El sospechoso, detenido, gritó consignas pro-Palestina.
«Una luz en medio de la oscuridad»
Familiares y amigos despidieron a Milgrim en el templo Congregation Beth Torah de Overland Park (Kansas), donde creció. El rabino Doug Alpert destacó su empatía y su búsqueda de diálogo: «Queríamos aprender de su ejemplo, pero nos han robado esa oportunidad». Su jefa en la embajada, Sawsan Hasson, resaltó su trabajo por los derechos de mujeres y LGBTQ+.
Un crimen con trasfondo político
Milgrim y Lischinsky fueron asesinados el 21 de mayo al salir de un evento en el Capital Jewish Museum. El detenido, Elias Rodríguez (31 años), declaró a la policía: «Lo hice por Palestina, lo hice por Gaza». Lischinsky planeaba proponerle matrimonio en los siguientes días.
Legado de conexión entre culturas
Milgrim, graduada en Estudios Ambientales y Relaciones Internacionales, trabajó en organizaciones de paz en Tel Aviv y Washington. Formada por el Instituto de Paz de EE.UU., promovía el diálogo entre israelíes y palestinos. Sheila Katz, del Consejo Nacional de Mujeres Judías, destacó su investigación sobre «amistades como herramienta de paz».
El eco de otro ataque antisemita
Overland Park aún recuerda el tiroteo de 2014, cuando un supremacista blanco asesinó a tres personas en centros judíos. Milgrim era adolescente entonces. El autor, Frazier Glenn Miller, fue condenado a muerte.
Uniendo mundos, incluso en la tragedia
Hasson subrayó que Milgrim, «sin quererlo, unió a Israel y Kansas» al traer a su familia y colegas a su ciudad natal. Su muerte expone la polarización global, pero también su legado como mediadora.